Con ganas de llorar y dolor en el estómago.
(Heridas y mentiras que duelen de verdad)
Allí, en medio de ese mundo roto, con las olas mojándome los pies descalzos y el bañador adherido a la piel, con los pelos cubiertos de salitre y desalborotados, con la mirada en el horizonte y el sol poniéndose a lo lejos, me partí en pedazos y fue tan difícil recomponer las piezas...
Allí, en medio de ese mundo roto, las miradas valían oro y los minutos nada.