Adiós a los dragones y a las espadas, a las armaduras y a las guerras. Adiós a los juramentos, a los castillos, a los corceles blancos, a las historias de hadas, a los bosques encantados, a las torres inescalables, a los unicornios y a los pegasos, a los matrimonios concertados y a los impuestos de un rey malvado. Adiós a aldeas en llamas, a besos dormidos, a misiones de rescate, a combates de vida o muerte y a historias encantadas.
Adiós a todo por ti, bella princesa olvidada.