Es la historia de un segundo, de un abrir y cerrar de ojos, de un suspiro. En la calle, tráfico a hora punta, la nota mi del saxo tocado por Daniel, el agitar de monedas de un vagabundo, el grito del bebé con gorro de lunares porque acaba de perder el sonajero, la rueda del último coche frenando, el cerrar de una puerta y el resonar de los tacones de Doña Rogelia, que acaba de salir a comprar pan. Sentado en el escalón de la puerta recién cerrado, un hombre barbudo piensa si tendría que dejar a su novia, el señor de negro recuerda la noche anterior, el momento del beso en la mejilla, y Laura está deseando tocar una rosa blanca del jardín del edificio 143, pero un cartel que dice Prohibido pisar el césped se lo impide.
Es la historia de un segundo, de una nacimiento, de una muerte, de un primer beso, de una caricia, de un accidente, de un timo, de un despertar y de un te quiero.