Mostrando entradas con la etiqueta microrrelatos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta microrrelatos. Mostrar todas las entradas

1 nov 2011

De dragones y espadas.

Adiós a los dragones y a las espadas, a las armaduras y a las guerras. Adiós a los juramentos, a los castillos, a los corceles blancos, a las historias de hadas,  a los bosques encantados, a las torres inescalables, a los unicornios y a los pegasos, a los matrimonios concertados y a los impuestos de un rey malvado. Adiós a aldeas en llamas, a besos dormidos, a misiones de rescate, a combates de vida o muerte y a historias encantadas. 
Adiós a todo por ti, bella princesa olvidada.

19 sept 2011

En tu mundo de historias rotas.

En tu mundo de historias rotas los árboles andan, porque saben que si se quedan quietos caducarán. En tu mundo de historias rotas los corazones no susurran, gritan. En tu mundo de historias rotas hay catorce millones de primaveras y solo quince veranos. En tu mundo de historias rotas los relojes se pararon hace tanto tiempo que ya son algo de la prehistoria. En tu mundo de historias rotas quedan galletas de mantequilla que no engordan, bufandas que no abrigan y gafas que sirven para ocultar las pupilas. 
¡Ay, en tu mundo de historias rotas! Quedan tantas verdades y tan pocas mentiras... 

25 ago 2011

Nunca izabas tu bandera.

Cuantas veces le diste la espalda a los sueños, cuantas veces cerraste los ojos, llenos de lágrimas, para no ver. Cuantas veces contaste todos y cada uno de los poros de mi piel para olvidar, para quedarte inmerso en un mundo de números y no de palabras. 
Hablabas sobre superhéroes porque sabías que jamás te convertirías en uno. Eras un cobarde, sincero solo entre los mentirosos, huyendo continuamente de la realidad. Nunca izabas tu bandera por miedo a que te vieran demasiados y al final, de tanto dudar, te quedabas siempre en la estacada. 
Querido, la ocasión que buscabas para destacar ha pasado ya hace un rato. ¿Corres a por ella o esperar eternamente a la siguiente para volver a dejarla escapar?

8 ago 2011

Arriésgate.

Vamos, ven junto a mí y arriésgate. Complica las cosas. 
Pídeme algo con la mirada, que seguro que lo entiendo mejor que con palabras. Sonríe aunque no tengas motivos, irradia alegría, irradia felicidad, aléjate de lo que duele, porque es mejor andar solo que mal acompañado. Deja de pelear, las heridas solo causan fealdad. Canta en la ducha aunque lo hagas fatal, aunque se quejen los vecinos. Salta alto, tan alto que las estrellas sean algo fácil de alcanzar. Vive, que si el mundo gira es para que podamos avanzar y baila, sobre todo baila aunque no sepas donde, porque si no encontramos espacio siempre podemos inventarlo. 

12 jul 2011

Las buenas historias (no) tienen final.

Mario era mudo. Quería expresar todo lo que sentía, pero como no podía con la boca lo hizo con la mano. De ella las letras salían despedidas, soltaban tinta y derrapaban al final del papel. Mario escribía con la esperanza de que algún día alguien le leyera, pero sus historias nunca tenían final y se quedaban abandonadas en el cajón con motas de polvo como chaqueta. Una tarde, cuando estaba a punto de perder la esperanza, Mario se montó en el tren de vuelta a casa y escuchó la voz de una chica un poco más atrás. 
"Pues a mi no me gustan las historias de Tom, nadie sería capaz de creer en ellas con esos perfectos finales de cuento de hadas. Eso es lo que tienen los buenos autores, te hacen creer que lo que lees puede ocurrirte en cualquier momento, aunque sea tremendamente irreal. No, definitivamente no me gustan sus historias, en la realidad, las buenas nunca tienen final".

8 jul 2011

Espiar horizontes abrazados.

"Lo que me conmueve tanto en este principito dormido es su 
fidelidad a una flor, la imagen de una rosa que resplandece en
él como la llama de una lámpara, incluso cuando duerme"
Y lo adivinaba aún más frágil. Hay que proteger bien a las 
lámparas; una ráfaga de viento puede apagarlas...
Le Petit Prince, Antoine De Saint-Exupery

Se han quedado bajo la cama tus sonrisas imperfectas, tus ojos azabaches, tus manos largas de pianista, el sonido de tu voz serena, tu frágil estructura de huesos y carne, el hablar con las estrellas -Orión en las noches de verano- , las lágrimas saladas que se confundían con el océano, espiar horizontes abrazados, las galletas de chocolate en los bolsillos de la chaqueta, el vestido rojo para los atardeceres y el azul para un solo amanecer. 
Ahora que te has ido, ahora que tu vacío late en mi sien, me doy cuenta de que es verdad, que me rescataste de mi mundo de penas y me llevaste a un lugar, incluso, más allá de la segunda estrella a la derecha, de que sin ti no soy nada y de que cuando me decías: cuando desaparezca, me olvidarás, no estabas en lo correcto. 
¿Ves? Estaba tan enamorado de ti que conservo todos y cada uno de tus recuerdos

28 jun 2011

Cigarettes VI

Había una vez dos partes de una misma historia, dos corazones entrelazados y palabras de tinta que se fundían en el mar. Había una vez dos pares de ojos grandes que jugaban a imaginar. 
Alma había soñado con aquel momento tantos meses, tantos años, que no sabía si de verdad era real. Cada varios minutos debía de pararse a pellizcar su mejilla sonrojada para estar segura de que no tenía que despertar, pero no, allí estaba él, prendiéndole la cintura, con el sombrero borsalino de paja que le hacía parecer un explorador intrépido, místico y oculto en si mismo. De repente, en aquella puesta de sol junto a la calita en la playa, Alma se preguntó cuantos lugares había explorado antes de aquel momento, cuantas veces había pensado en ella y si en algún momento le había dicho su nombre a las estrellas. 
(Ella sí que lo había hecho, tantas veces que seguro que sus palabras habían dejado estelas en la Vía Láctea). 

Gigarettes no empieza aquí. 

18 jun 2011

He subido a hombros de gigantes.

-Sentirlo aún más-
No puedo mentirte. Es cierto. Soy un soñador. Un soñador en este mundo de perfectos, de cuadrículas infinitas. Cuando era pequeño me creaba un tarrito de deseos y los iba depositando dentro poco a poco, como si así pudiese comprar la felicidad. Me gusta leer y vivir historias imposibles porque creo en la magia de las letras. Escribo para desahogarme, para mostrar a los demás un pedacito de mí y no cerrarme entre muros de papel que al final nunca sirven para nada. Por la noche vuelo en el barco de Peter Pan sobre la ciudad y empapelo las paredes de mi casa con Campanillas de colores. Odio a los superficiales; critican lo que no se puede cambiar y son ciegos a la verdadera belleza. Me esfuerzo por vivir, no por sobrevivir y me gustan me encantan las estrellas.
No puedo mentirte. Es cierto. Soy un soñador. 
Y si he logrado ver más lejos ha sido porque he subido a hombros de gigantes*.

* Isaac Newton.

10 jun 2011

Cigarettes V


Cigarettes ha empezado unos cuantos atardeceres atrás. 

No era Alma. Era su hermana. Su hermana gemela. 
Dean tenía ganas de mirar hacia el cielo sin nubes, de no coger el teléfono y dejar que sonaran los tonos. De sonreír. La miró con aquellos ojos que se habían tragado la mitad del mar y quiso cogerla de la mano y regresar de nuevo a la realidad (porque se había estancado en un mundo de perfectos momentos).
Salieron a la calle para que el aire les reconciliara, armados con gafas de sol y un atardecer entre las casas labradas y viejas. Caminaron largo y pausado entre setos y adoquines por los que fluía el agua y charlaron, hablaron tanto que hubo un momento en el que se les trataban las palabras y, para no hundirse en un silencio incómodo, se besaron. 
- ¿Sabes que yo voy a ser astronauta? 
- ¿Ah, sí? ¿Y que harás cuando pises la luna?
- Gritaré que nos amamos, y seguro que el universo está de acuerdo.
- ¿El universo entero?
- El universo entero y su infinito.

3 jun 2011

Desaparece.

Me habían golpeado en la boca. Pero no me  sangraba. Me habían pegado en el estómago. Pero no vomitaba. Me habían dado en el corazón. Pero seguía latiendo como si nada. Habían pataleado en cada una de las partes de mi cuerpo y yo seguía llena de vacío, ahogada sin agua. Muerta en los recuerdos.
Eso pasa por contar las cosas. Me dije. Por intentar arrimar a mi alma aquello que está dañado. Por consolarlo. Confié en uno y al final mil me devolvieron la gracia. Ya no me miraran. Al menos no de la misma forma. El rumor/ se esparcirá/ más rápido/ que el viento.  
Soy estúpida. Una maldita e idiota estúpida. Dicen que las estocadas van por la espalda, pero no es cierto. Te dan por todas partes. Se ríen de ti. Te acuchillan a mentiras y al final siempre te matan.

Lo siento, pero ya no tengo
  ninguna gana de 
resucitar.

26 abr 2011

La pequeña gran historia de la pequeña gran Pam.

Pam le tiene miedo a los cuentos de monstruos y a las avellanas. Detesta las cosquillas. Ama los besos con la nariz y las sonrisas. Desde que sabe leer, lo hace siempre debajo de la almohada. Ha cogido prestada una linterna del enorme armario y seguro, seguro, que nadie la echa de menos.  En las vacaciones de verano, pone dos sillas -una frente a otra- y se crea su propia  tienda de campaña. - La verdad es que Pam es un poco miedica, y en vez de acampar en el exterior, lo hace en su cuarto, con el ventilador encendido y mangas cortas, a salvo de cocos y animales de orejas anchas-. 
Es una chica un poco especial, escucha jazz y, muy de vez en cuando, se permite el placer de la música clásica. Dice que es azul, como el mar, como el cielo, como las cosas bonitas, que tiene poderes mágicos que le  permiten internarse en mundos inimaginables y cuando se siente mal, con ganas de llorar, crea a leones que hablan, a estrellas caídas del cielo y a ella sin lágrimas.
(porque le gusta mucho imaginar)

4 feb 2011

El oasis de tus ojos

Marta a las cuatro y cuarto de la tarde en el Starbucks de la esquina, justito al lado de casa. 
Lleva miles de negaciones encima y tiene dolor de cabeza. Palabras y frases que se mezclan en su cabeza y ensordecen el ruido del exterior. No hay más que problemas. Se mira los pies y descubre que hace tiempo que se le rompió la hebilla de uno de los zapatos, que tiene la pintura de uñas roída y una carrera en la media. Las gafas de sol ya no sirven para nada porque el día se ha nublado. Parece pequeña, frágil y tremendamente solitaria. Marta se encoge en si misma y empieza a tener frío. Unas chicas pasan a su lado riendo. Todos las miran. Con amor, con odio, con envidia, con devoción. Pero las miran. A ella nunca le ha mirado nadie. 
- Me voy a comprar un espejo roto para que cuando me mire, este segura de que solo vea la realidad. 
- Y yo me voy a comprar tus ojos.
- ¿Para qué? 
- Para poder ver el oasis que se esconde dentro de ellos y enamorarme un poquito más de ti, que aún no tengo suficiente

9 ene 2011

Nos quedan dos horas para terminar de soñar

Encima del escritorio hay dos chocolatinas que ni tú ni yo nos hemos tomado. Tienes los ojos cerrados y te toco el pelo (mechones color escarlata). 
Teddy a los pies de la cama, sobre el baúl donde guardas trajes de princesa y cuentos preciosos llenos de letras entintadas y de corazones que no se rompen. Un cuadro que ninguno de los dos hemos pintado pero que refleja lo que sentimos y lo que tenemos a la perfección. Hay una libreta con flores rojas en la portada en la que ayer te escribí unos versos de Antonio Machado que te encantaron. 
Una conversación de hace varios años:
- ¿Has tomado el sol con colador?
- No. ¿Por qué lo dices?
- Porque quiero saber como aparecieron esas pecas que tanto me encantan. 

25 dic 2010

Góndolas (y París)

Este es un fragmento de la novela en la que me encuentro inmersa 
ahora mismo, la he empezado hace poco y el nombre provisional es "habitación 14" 
si sigue marchando bien os dejaré otros fragmentitos.

Holly se había puesto unos tacones negros que solo se encontraban en el centro de Madrid y unas medias negras que no ocultaban la silueta de sus piernas. Mientras caminábamos por la calle sentía la mirada de miles de personas clavadas en mi nuca. El café no estaba abierto, así que dimos varias vueltas a la manzana y al final nos quedamos en el parque, sentados en los columpios. Hablamos de su pasado en París y de las ganas que tenía de volver a ver la Torre Eiffel. Yo en cambio me moría por Venecia y por sus góndolas sobre el agua.  Me sacó una foto que llevaba en el bolso donde se la veía inclinada hacia delante en una, saludando a la cámara, a punto de caer. Y sonriendo. Siempre sonriendo con esos labios color carmín que le iluminaban la mirada. 

3 nov 2010

Le había contado tantas veces las pecas de la cara...

Sentados uno frente al otro, se observaron durante varios minutos y sus miradas pobladas de sentimientos se cruzaron como tantas otras veces. Los tranvías pasaban ante ellos y algunos se paraban, vomitando a gente de bufandas largas, abrigos negros y gorros de lana.

True quería ver aquellos ojos oscuros, aquel cabello negro y liso, aquella sonrisa atrevida y esas ganas de vivir por vivir, de gritar. Le gustaban sus uñas largas, como cruzaba las piernas y la forma que tenía de tocarse un mechón que se había escapado de su peinado perfecto. 
Lie quería quedarse observando durante tiempo indefinido, con las agujas de los relojes parados y oyendo solo su respiración acompasada. Las nubes pasaban sobre ella y los tranvías rojos parecían no querer recogerlos nunca. Le había contado tantas veces las pecas de la cara que lo sueños parecían reflejarse en cada una de ellas. 
El aire 
y el tiempo 
decidieron 
pararse 
de repente.

9 oct 2010

Tengo sonrisas y marionetas encerradas en cajas de cartón.


Se aproxima el invierno y la lluvia repiquetea contra mi cristal. 
Escribo con lápiz de grafito historias que nadie debería contar, sueños que deberían guardarse en baúles llenos de polvo, escondidos en la buhardilla. El tiempo allá fuera parece congelado y las manillas del reloj se han parado a las doce y cuarto. Ya no suena ningún tic, tac. No recuerdo las tardes de abril ni las flores de pétalos rosados. Hace tiempo que el color del verano se desvaneció y los colores fríos reemplazaron a los cálidos. 
La nieve cae
sobre el techo rojo
de esta casa con fachada blanca. 
Lo que siento y lo que digo lo guardo en tarritos de cristal con tapas de chapa que he conseguido de la mermelada que tengo en los armarios de la cocina. Tengo también sonrisas y marionetas de esta vida encerradas en cajas de cartón, que tienen escrito a bolígrafo negro palabras extrañas que espero no olvidar nunca
porque son tan bonitas
que me hacen llorar. 

6 oct 2010

Dreamer dreams (Sueños de soñador)


No habrá lágrimas en las tardes de otoño.
Ni secretos, ni mentiras. Ni arrugas en la piel. 
Solo felicidad. 
Sonrisas.

- Hay que vivir la vida- me dijiste meciéndote en la maca. Entonces no te entendí. 
- Todo el mundo vive-enarqué una ceja- sino no seríamos seres humanos, sino... no existiríamos. 
- Sobrevivir no es vivir. Vivir es amar las cosas. Vivir es respirar y sentirte agraciado por ello. Oler a hojas caídas de otoño. Soñar. Hablar y en vez de palabras descubrir relatos que nadie ha escuchado. Vivir es...-cerraste los ojos-... algo tan simple y perfecto que encanta. Comer y hablar de cosas sin importancia, reír, soltar carcajadas junto a alguien, abrazarse durante miles de minutos sin importarnos que el tiempo pase. 
- Pero no tiene ni pies ni cabezas. No hay orden... ni beneficios. 
- Tal vez- miró hacia el cielo- pero es eso, justamente eso, lo maravilloso de todo esto. 


No habrá lágrimas en las tardes de otoño.
Ni secretos, ni mentiras. Ni arrugas en la piel. 
Solo felicidad.
Sonrisas.


16 sept 2010

Las sirenas (no) saben soñar.

- Los adultos viven en peceras...
- Ya me había dado cuenta.
-  ...y los niños viven en océanos, como las sirenas, con miles de sueños.- completó.
- Eso no es cierto.
Ambos se miraron, sentados en las escaleras de la puerta de su casa.
- ¿A sí?¿Por qué no es cierto?- enarcó una ceja.
- Porque los niños viven en un metro cuadrado, pequeño, pequeño, todos amontonados. Quien desea salir de ese metro cuadro es raro, quien sueña con soñar... es raro.
- ¿Un metro cuadrado? ¿Un metro cuadrado de dónde?
- De ese puñetero océano.

12 ago 2010

Silencio.


Foto de Ibai Acevedo


Burbujas cristalinas, transparentes, suben hacía la superficie impulsadas por una fuerza invisible, pasan ante mí y me hacen cosquillas... poco después explotan.
Pop. Pop. Pop. 
Ya no son nada, el agua vuelve a ocupar de nuevo su lugar y no queda rastro ni huella.
El silencio se extiende y solamente se puede escuchar el leve movimiento de mi cuerpo dentro del agua, los latidos de mi corazón acompasado.
Me voy quedando sin aire y salgo de nuevo a la superficie.
Lo primero que escucho es el canto de un pájaro que, subido en una rama, me observa.

Las cosas vuelven a ser de nuevo como antes.
El silencio
se desvanece 
con prisas. 


2009-2017. Todos los derechos reservados a Ali Alina.