Esta sección está inspirada por los cuadros de mi gran abuelo, artista hasta en silencio.
No somos más que exclavos que de un momento a otro vamos a desfallecer hundiéndonos. No somos más que marionetas escondidas tras los telones rojos. No somos más que máquinas que solamente pueden afilar los corazones creando puntas que pinchan. No somos más que humanos.
Y por eso simplemente somos tan sensibles, por eso lloramos así, de cualquier forma, como si de nuestro interior brotase un manantial de recuerdos que de repente hemos perdido, nos escuecen los ojos, los notamos calientes. Pero aún así, es bonito derramar lágrimas. es bonito ver como caen -una a una- sentir cada mirada que nos dan, cada abrazo, cada susurro en el oído. Después todos se van y ya no queda nada, solamente un vacío hueco.
Limamos corazones creándole filos, nos cortamos... si, eso es cierto, pero a la vez, siempre estará hay ese recuerdo, ese agrado, esa sonrisa de dientes blancos que nunca jamás podremos olvidar. Y el amor... esos dotes que no todos tienen, esa herramienta que no lima de forma siniestra, solamente da forma a un corazón mucho mejor que nadie podría llegar a imaginar.