Imagen de Rébecca Deautremer
Era el hada verde un murmullo, un recuerdo, una historia y una leyenda absurda. Caminaba sobre el agua, y sus pasos creaban pequeñas hondas que se esparcían por la laguna. No era capaz de romper el silencio, sus pelos se enredaban y se confundían con las ramas del jardín.
Era el hada verde pequeña, misteriosa y frágil, nadie conseguía verla. Justo cuando creías que estaba allí, desaparecía, rayos centelleantes a su espalda.
Solamente los niños creían en ella, porque solamente los niños creen en las hadas.
Adultos egocéntricos se van sin magia.
Creer en lo invisible, en lo imposible... creen sin ver.