23 jul 2010

Cero.

Siempre es difícil empezar, mera aclaración: empezar de cero. Creemos conocernos y tropezamos siempre con la misma piedra.
Una simple conversación en algún lugar de la casa...
- Mañana te toca a tí sacar a el perro.
- No es a el perro, es al perro. 
- Tú y tu estúpida gramática. Tú y tus letras absurdas ¿te importaría ocuparte un poco más de mí?
- Ya lo hago. 
- Pues no lo creo. Al menos yo no me doy cuenta. 
- Tu no te das cuenta de muchas cosas.
Siguió lavando los platos. La espuma resbaló y cayó en el fregadero. Poco después se convertía en agua.

(imagen de etringita)

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