26 jul 2010

Blanco y negro... del color de miles de arco iris.

Todas las demás partes (las seis restantes) las puedes encontrar aquí. Esta es la última... Gracias por colaborar con 21 estupendos votos en la encuesta para ayudarme a decidir el final. Aunque ha habido dos opciones reñidas, al final se ha impuesto la del final abierto, pero como son muchos los que quieren uno feliz, no les voy a dejar con las ganas. Aquí el resultado de las encuestas.

click to zoom

Lo vio perderse tras la puerta. Creyó también distinguir la figura de una mujer perfecta, frágil y débil, con esos bucles de los años de la guerra. Cuando la mujer no era más que una mujer. Margueritte sintió una lástima repentina. Por él y por ella. Él creía tener el amor verdadero, un amor que podía manejar a su antojo. Ella creía tener la mayor fortuna del mundo: el hombre no, su dinero. 
Ambas siluetas desaparecieron y, pasados varios segundos, otra se contorneó. Era mucho más pequeña, mucho más infantil y mucho más inocente. David apremió a su madre. Ni siquiera se había dado cuenta de que, apenas dos segundos antes, su padre le había rozado el hombro. Aquel padre que no pudo ni siquiera conocer. 

- ¡Venga mamá, venga!- corrió hacia ella y le tiró de la manga- que aún tengo que cambiarme... - Margueritte despertó de su sopor y le sonrió. 
- Por supuesto cariño, me pareció ver a alguien que conocía... pero ha sido solo un error. 
Vio como David corría de nuevo hacia dentro del edificio y se perdía escaleras abajo hacia los vestuarios. La chica miró hacia el cielo, un cielo con pocas nubes, celeste y con un bonito arco iris de colores. 

En la vida de Margueritte no existe el silencio, ni las lágrimas, ni la lluvia gris que te deja mojada.
Ni ahora, ni nunca, nunca jamás.

2009-2017. Todos los derechos reservados a Ali Alina.