29 sept 2010

Algunos me llaman Lágrimas...

[Para leer este relato para la música de abajo y dale al play de esta otra.]


Te perdiste una mañana de abril, después de una conversación cortante en la cama. Yo te dije que no eras nadie para mí, nos gritamos el uno al otro y el eco de nuestras voces quedó en la habitación, entre las paredes claras. Nos insultamos y nos dijimos cosas que no sentíamos en realidad, cosas de las que después nos arrepentimos. Pero ya era tarde y la figura de tu recuerdo se perdió con la niebla de aquel día. Las lágrimas brotaron de mi rostro y las palabras se convirtieron en susurros que te pedían volver. 
El humo del cigarro que habías encendido me hizo toser. Con los ojos empañados en lágrimas y el corazón roto me tumbé en la cama y me arropé con aquellas mantas color pastel que la noche antes nos habían acogido.
¿Quienes somos, que somos? Las conversaciones sentados en el sofá, delante de un televisor siempre apagado, observando cuadros abstractos que ambos habíamos pintado, intentando que las horas muertas no existieran. Yo cogía el pincel y lo mojaba en la pintura de colores extraños, me cogías de la mano cual niña que quiere aprender a escribir y me guiabas en mi camino. 
Ahora que te has ido ya no sé que hacer, no sé como seguir hacia adelante, como levantarme y continuar. Ya no puedo pintar cuadros abstractos y solamente veo manchas donde antes veía irrealidad. Las ganas de llorar se me han gastado con el tiempo y las ganas de olvidar se han acentuado minuto a minuto. 
Algunos me llaman Lágrimas...
Pero ya no soy capaz de recordar como me llamabas .

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