Hoy publico dos entradas por teneros tanto tiempo en silencio. Siento mucho cómo se me va la cabeza, aquí tenéis compensación. (Por favor, no obviéis la una por la otra, las dos están hechas con el mismo amor):
¿Puede alguien oírme?
¿Puede alguien oírme?
Estoy en el fondo de la oscuridad, allí donde guardáis las discusiones y los malos recuerdos. Tengo frío, estoy desnuda y además se me empieza a gastar la voz.
Me conocéis. Estoy segura de que me conocéis. Dejarme aquí es cómo abandonar vuestro último halo de vida, la poca esperanza que os quedaba. Querría llorar, pero nunca he tenido lágrimas. Y si las tuviese, ya se habrían gastado.
Venid a rescatarme, por Dios.
No creo que pueda aguantar mucho más.