En tu mundo de historias rotas los árboles andan, porque saben que si se quedan quietos caducarán. En tu mundo de historias rotas los corazones no susurran, gritan. En tu mundo de historias rotas hay catorce millones de primaveras y solo quince veranos. En tu mundo de historias rotas los relojes se pararon hace tanto tiempo que ya son algo de la prehistoria. En tu mundo de historias rotas quedan galletas de mantequilla que no engordan, bufandas que no abrigan y gafas que sirven para ocultar las pupilas.
¡Ay, en tu mundo de historias rotas! Quedan tantas verdades y tan pocas mentiras...