No nos callaran. Gritaremos revolución por las esquinas, alzaremos banderas sin color, blancas como la cal, rascacielos de esperanza que arañen a las nubes, y nos quitaremos la venda de los ojos que con tanto afán quisieron cubrirnos. Levantaremos las manos y recordaremos que seguimos aquí, al pie de la montaña, que somos la base de aquellos que creen no necesitarnos, que sin nosotros no serían nada, y que ese monte sobre el que se alzan victoriosos está sostenido por cada uno de los seres a los que pisotean y hacen morder el polvo para poder ganar más. Siempre más.
Si quieren coronas de oro, se las daremos de espinas.
Si quieren sumisión, les daremos REVOLUCIÓN.