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8 sept 2020

Una historia sobre el dolor

Hijo, no has nacido aún, pero necesito contarte una historia. La historia de cada uno de los seres vivos de este enorme planeta. Una historia de sufrimiento.
Cuando uno nace, y se abre paso entre las carnes de la madre, experimenta por primera vez el dolor y también, el primer verso de la muerte. Experimenta el duelo de la pérdida del hogar.
Es cierto que desde esa primera bocanada comienza uno a sufrir. También comienza a vivir. Respira y el mundo se le antoja gigante. Hijo, no conocerás un sentimiento más común a todos los seres que el dolor, y sin embargo tampoco habrá ningún otro que nos haga más egoístas. La rabia, la tristeza, la soledad, el hambre, todos van atados al sufrimiento como el collar de un perro a su amo. 
Harás el mal en nombre de este negro amigo. Te justificarás rezándole por las noches y, si no mantienes la cabeza fría y el ego en silencio, se apoderará de ti como el más letal virus. Esta sociedad, en gran medida, ya está envenenada de él. Lo utiliza para excusar, continuamente, la sangre con la que se tiñen las manos. 
Pero no es para eso para lo que sirve sufrir. Y si te traigo a este mundo, hijo, no es para que te hundas en su fango, sino para que lo uses para impulsarte, porque esa es su verdadera y única finalidad. El dolor es parte de la vida porque es lo único que le da sentido. Porque solo se puede llegar al final de camino abriendo sufrido, y solo puede uno morirse en paz cuando enfrenta al dolor y  puede sostenerle la mirada. 
Y cuando hay seres humanos capaces de no dejarse corromper por él, cuando hay gente que del fango saca la más pura de todas las sustancias, cuando veas ese milagro, hijo, entonces entenderás porque te traje a este mundo. 
Porque este es, y será, mi único legado.

16 dic 2018

Mi maldición

Me reformulo la coraza como si me sirviese de algo, como si no me la destrozase a mí misma continuamente. Dejo a la gente entrar y me gustaría tener otro tipo de defensas, helarme el alma y no encendermela por cada mirada, por cada sonrisa, por cada cariño, pero una y otra vez rompo mi indeferencia y los ojos me brillan. Vivo en la pasión incluso cuando la pasión está al borde del precipicio y es sinónimo de caída inminente.
Voy a encerrarme en las cuatro paredes de esta habitación y a escribir. Escribirme la sangre en las líneas y a leer a los que, siglos antes que yo, ya padecían mis mismos males. El folio en blanco me da pavor, pero es un miedo más asumible que el de sentirme un astronauta ajeno, flotando en el espacio, en medio de una calle abarrotada. 
No sé leer a la gente. Ojalá supiera, pero no sé. Y a su manera, todos ellos son también una hoja en blanco. Hojas en blanco en las que no puedo escribir porque hace tiempo que nadie nuevo me deja dedicarle unas cuantas letras.
Mi coraza, mi coraza inexistente, es vaho, es aire, es penetrable por sentimientos y espadas. No sirve de nada. No soy una persona dura, no soy una persona fría, no soy una persona racional. Esa es la maldición con la que nací, y esa es la maldición con la que voy a morirme.
Vuelvo a rendirme una vez más (Ojalá pudiese ser de otra forma).

25 ago 2017

El reflejo del espejo de José

Desde la decisión, José había sido feliz. Ahora se habían ido la presión en el pecho, la insuficiencia. Ahora se miraba al espejo y estaba él. 
Él con su pelo rizado y moreno, él con sus ojeras, con sus pecas, con sus granos en la frente, con su nariz casi perfecta, con su diente torcido, con el piercing de la oreja, con los labios secos, con la barba con canas -pese a que no llegaba a los veinticinco-, con su chicha de más, con sus pestañas largas, con todo el exceso de pelos de sus cejas. Con los pantalones rotos, con cinco arañazos en el brazo, con los codos secos, con la piel tostada, con la cicatriz al lado del pecho izquierdo, con sus dedos elegantes, con sus uñas bien recortadas, con el bigote despeinado, con el dolor en la pierna, con la camisa roja de su padre -que le quedaba grande, porque su padre pesaba veinte kilos más que él-, con la sonrisa. Con las mejillas y la nariz siempre coloradas, con las orejas frías, con el moratón en el ojo derecho.
Estaba él. Solo. 
La decisión le había llevado a:
los cinco arañazos
el dolor en la pierna
el ojo morado.
Pero no importaba. No importaba porque los cinco arañazos, y el dolor, y el morado, se irían. Para siempre. Y después de eso quedaría todo lo demás. De todo lo demás había cosas buenas, y cosas malas. Pero el espejo no le fallaba. Porque todo lo demás era suyo, era de su camino, era de él. No pertenecía a ningún hombre más.
Y las cosas malas de uno, los codos secos, el mal humor, la terquedad, la falta de memoria, son mejorables con un poco de crema hidratante y paciencia. Uno se aplica sus remedios sobre si mismo, uno habla con sus propios monstruos, uno se sonríe delante del espejo. No es fácil, pero ahí está.
Por eso José era feliz desde la decisión. Por eso José seguirá siendo feliz, solo, rodeado de todas sus cosas, que no tiene que justificar ni luchar ni cambiar por ningún hombre más que no sea él.
En el cuarto de baño, José y el reflejo de José en el espejo se sonríen. Tienen suerte de volver a ser una misma cosa.

10 ene 2016

Parvulario I.

Me teneis harta
con vuestras inseguridades
y vuestras predisposiciones
y las etiquetas
que colocais
dentro de cerebros
que ni son vuestros
ni quieren.

6 ago 2015

Ahí va mi disculpa.

Sabes, no sé por qué, ayer fue un buen día. Discutimos (o discutí yo) pero fue un buen día. 
A ti no te importa que yo esté mal, no de esa manera a la que todo el mundo importa. Tú no te rindes, y no sé porque. Es como que escuchas y olvidas, aunque no lo hagas de verdad, siempre le restas esa importancia de más a los asuntos. 
Y digo que fue un buen día porque atardecía, y se veían las cosas en ese blanco y negro que causa la ausencia de luz. Era un negro como azulado, romántico. Y tu piel se veía tan blanca contra todo lo demás, y tus ojos tan mar. Eran casi verdes ayer, esperanza. 
Es que, no sé como lo haces, que siempre representas la esperanza. 
Maldita sea, como separarme de ti cuando te quiero tanto que me duele la garganta solo de pensar en tus silencios. Silencios que no miran a ningún lado, que no esperan nada, que no se impacientan ni parecen forzados. Silencios que a día de hoy solo he podido ver en ti. 
No quiero perderlos, no quiero perderte,
como me cuesta contra el ruido.

3 jul 2015

Memorias.

Me escribo a mi misma para no olvidarme del pasado. Escribir es una manera de retener cosas que no sabes si existen o no de verdad. El amor, las ganas, el sueño. Cosas que se evaporan, que cambian con el tiempo, que son inestables como la vida, porque son consecuencia de ella. 
Me gusta echar la vista atrás y ver lo que escribí, porque sé que lo que escribí es lo que era. A veces, sobre todo en las noches (tiendo a pensar mucho por las noches últimamente, horas eternas), me planteo como hay gente que puede vivir sin arte. Sin expresar en un par de brochazos, en un par de líneas de grafito, toda la emoción interior. Y la ira, cuando sale en forma de verbo, es exquisita, elegante, se curva como las letras.  Llorar con las letras de una canción, hasta temblar. Llorar sin motivos, en una muestra de que se es un ser enteramente pasional. 
Así que me escribo a mí misma para que, dentro de muchos años, cuando me tropiece con este texto, pueda sonreír, y recuerde el momento exacto, la sensación de la lágrima al borde de los ojos, el amor que sentí y las esperanzas que siempre tuve. Para que quién quiera que lea esto sepa que fui, que sentí, aunque en ese momento ya no sea, aunque en ese momento no exista en lo físico. 
Nunca se deja de existir en lo mental 
si se ha esforzado uno lo suficiente 
para ser recordado con bondad.

Gracias por cosas como esta. Gracias.

16 jun 2015

A lo mejor ser soñador es ser iluso. Mejor ser iluso que conformista.

Música.

¿Qué estamos haciendo con el mundo?
Quisiera creer que las cosas va a mejor. Que el sudor de la frente de tanta gente, que levantarse del asiento, son acciones que en algún momento mereceran la pena.
Escribir esto aquí no sirve de nada. Ya lo sé. Nada de lo que yo haga va a servir de nada, porque no tengo la fuerza suficiente, de manera individual, como para cambiar nada. 
Pero no por eso voy a parar. No por eso voy a rendirme. Hace muchos años, en el colegio, vi un documental sobre el calentamiento global. No sé cuantos años tendría. Ocho quizás. Le dije a un par de compañeros de clase; hagamos algo. Vamos a poner carteles por las calles, vamos a intentar protestar. Todos dijeron que no serviría de nada, porque solo teníamos ocho años, y nadie hace caso a los niños de ocho años. Y es verdad. Pero que importan la verdad, la razón, la posibilidad, cuando se tienen las ganas de un soñador. 
No puedo dejarme arrastrar por la idea de que no voy a servir de nada, porque entonces sería como dejarme morir. Y si algo es la vida, es una lucha contra la muerte. Hay que vivir luchando. Porque si no luchas, si no tienes esperanza, habrás desaparecido del mundo antes de empezar.
Nunca pierdas la esperanza de cambiar al mundo porque se puede.
Te juro que se puede.

1 may 2015

La tinta con la que escribo es mi pasión, porque no tengo otra cosa.

He perdido la fe en el mundo con dieciocho años. 
Y es triste de decir. Pero es así. 
No quiero sonar dramática. Ni siquiera sé si esto se puede considerar un relato. Si esto lo va a leer alguien. Ya sé que mi opinión no va a cambiar nada, pero me siento tan impotente que este es el único medio que tengo de expresarme. 
Hace meses tenía fe. Fe en la gente. Ahora sé que nadie se va a levantar por nada. Ocurre que de repente te das cuenta con una lucidez absoluta del mundo. Es terrible esa visión. Terrible. Y cuando la tienes. No sé como explicarlo. Es como perder la esperanza.
Yo. De verdad. Quiero cambiar el mundo. A lo mejor soy una ilusa. Quiero influir en las personas con mi obra, con mi denuncia, quiero emocionar, hacer reflexionar, intentando construir algo mejor o, al menos, más sabio. 
Pero a nadie le importa ya. A nadie le importa que el mundo vaya bien, porque nadie siquiera se plantea lo que puede ocurrir o haber más allá de sus narices. Hemos creado un mundo de alienación, donde cada día perdemos más humanidad, donde ya las noticias no nos importan, no nos conmueven, no nos hacen llorar. Y en nuestra humanidad somos capaces de soportar una inhumanidad absoluta.
El trabajo es recompensado con burla. Los que intentamos sacarnos una carrera, los que luchamos por el futuro, nos damos de bruces con una sociedad que nos escupe a la cara. "Una juventud sin futuro" "Estudias para trabajar en el McDonald" "Buen viaje a Alemania". ¿Cómo pretenden que vivamos así? ¿Cómo pretenden que sigamos luchando por nuestros sueños, por nuestras vidas, cuando a cada paso que damos nos dan una patada que nos hace retroceder dos?
No sé para qué escribo esto. De verdad que no lo sé. Pero tengo que hacerlo. 
Charles Chaplin hizo un discurso en su película el Gran Dictador. En su momento me emocioné con sus palabras. Ahora veo que son solo una utopía. Toda esa gente que ha luchado ¿qué han cambiado? Valle Inclán, George Orwell, Kafka, Clara Campoamor, Mario Benedetti, Saramago, Antonio Machado, Unamuno, Arthur C. Clarke. 
Que importan ya, si todos están muertos. Si la mayoría de la gente no los conocen, y sus palabras, sus alientos de esperanza, se han ahogado en los problemas del mundo. Que importa la cultura cuando vale más el dinero que la palabra, el odio antes que la amistad. Cuando preferimos sentarnos delante de un televisor a ver como la gente se lincha antes que encojernos el corazón con un buen libro. 
He perdido la fe en el mundo con dieciocho años.
Es una pena. 

28 ene 2015

Hijos de un mismo dios.

"Si somos hijos
hijos de un mismo dios
por qué siempre caen los mismos
por qué".
Macaco.

Quiero un mundo donde no haga falta denunciar la libertad. Un mundo donde estar cuerdo no sea un reto. Y poder querer si restrinciones, sin normas, sin parámetros que nos obligan a decidir hasta que punto lo estamos haciendo bien o mal.
Nos dicen que tenemos que aguantarnos con lo que tenemos, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Nos dicen incluso que hemos amado demasiado.
¿Cuál es el secreto para ser feliz en un espacio y un tiempo dónde creces y vives dentro de cuatro paredes tan pequeñas que si queremos salir de ellas solo puede ser con la mente?

Rechazan la imaginación,
rechazan la voz,
porque es lo único que el pueblo tiene.
Lo único que no nos pueden quitar.

15 dic 2014

Me quito el cráneo ante usted.

 MAX: Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.
DON LATINO: Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato.
MAX: Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta, Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.
DON LATINO: ¿Y dónde está el espejo?
MAX: En el fondo del vaso.
DON LATINO: ¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo!
Luces de Bohemia, Valle-Inclán.

La sombras están sentadas en la puerta de casa. Salgo y las veo ahí, tumbadas sobre el suelo, siempre mirando al cielo, sabiéndolo inalcanzable.
En la calle, al lado de las sombras y del silencio, hace frío. Es invierno en las aceras y el viento sopla cortante partiéndonos en dos la cara y el cerebro. La gente camina evitando los charcos porque no quieren verse en ellos, perdidos dentro de una pantalla de móvil, una conversación banal o preocupaciones que solo les importan a ellos. 
Y si los miras a los ojos, puedes ver quienes han leído a George Orwell o a Valle-Inclán, y a veces me gustaría quitarme el sombrero ante ellos. Me gustaría quitarme el cerebro porque han viajado a lo más profundo y negro de la sociedad y aún se levantan y siguen queriendo cambiarla.



2 nov 2014

Lucidez, que poco duras.

Pam se levantó una mañana y descubrió que el mundo se había vuelto gris. No es que el anterior día no lo estuviese. Simplemente, había abierto los ojos aquel día y había tomado consciencia de repente, como una bofetada sin previo aviso que llega por la espalda.
Y cuando se dio cuenta, sintió que se ahogaba. Porque es fácil vivir con los pesos cotidianos a la espalda, como una hormiga que es capaz de ver un grano de maíz en el suelo pero no al humano que lo ha ocasionado. Pero una vez nos aislamos de esa pequeña burbuja de realidad en la que vivimos, una vez somos capaces de mirar más allá, nos damos cuenta de los grandes problemas que nos rodean y nos inunda la impotencia. 
Así que Pam se tuvo que agarrar al borde de su cama y respirar.
Una, dos, tres, cuatro veces.
Contó hasta que su cerebro se acostumbró a la información e hizo lo que estaba educado para llevar a cabo: olvidarse, evaporar la información hasta que se perdió en algún lugar de su cabeza.
Y al dejar de pensar, el mundo recobró todos los colores.

29 may 2014

El silencio de los culpables.

 
Escucha el silencio. 

 "Y el hombre, siempre callado, entonces, de miedo, habla"
Rafael Alberti

Os dijeron que teníais que temer al pueblo y no hicisteis caso. Habeis jugado con nosotros, reído en nuestras caras y robado incluso lo inrobable. El silencio ha sido vuestro aliado desde que empezasteis, pues con silencio habeis respondido a nuestras revoluciones, y con silencio habeis excusado vuestras acciones. 
Y ahora el pueblo empieza a levantarse, a alzar las manos, y el silencio que tanto amábais y en el que tanto os refugiasteis empieza a quebrarse por gritos de libertad, gritos de revolución. Finjis que no os importa, que seguís en ese estado de inconexión, pero lo cierto es que cada vez os salen más sandeces por la boca porque estáis cagados de miedo.
Cagados de miedo, 
y con razón.

25 may 2014

Las personas inteligentes.

Las personas inteligentes se caracterizan por un rasgo de soberbia, autosuficiencia y falta de empatía. No están cinco horas delante de un libro a la espera de aprenderse algo que no les importa, porque cada vez que levantan la vista del papel su cabeza vuela a algo más interesante que hacer. Y si se concentran, lo hacen para mover sus neuronas más allá de una lista con quinientos nombres que no dicen nada.
Las personas inteligentes no son aquellas que sacan diez en todos los exámenes y consiguen las cosas que quieren a la primera. Las personas inteligentes fracasan, porque solamente los que vuelan tan alto pueden arriesgarse a caer.
Caer, pero
habiendo vivido.

18 nov 2013

Tus cadenas.

Nos dicen lo que tenemos que hacer desde que nacemos. Nos enseñan lo que ellos aprendieron, olvidando que en algún momento de su pasado también rompieron las normas. Nos obligan a dejar de soñar, a centrarnos. (Estudia una carrera que no te gusta para trabajar en algo que no te gusta porque gente que no te gusta te dijo lo que tenías que hacer).
Memoriza enormes parrafadas para sacar buena nota en un examen.
Estudia algo que te dé mucho dinero y poca felicidad.
Llega tarde a casa porque el ordenador te dijo "un poco más".
Y cuando te mueras, muérete solo, sin haber cumplido ninguno de tus sueños, con un matrimonio roto, unos hijos que apenas te conocieron y un fajo de billetes en el bolsillo.
Muérete solo.


12 sept 2013

La máscara de Crayón.

"Better to be hated than 
loved for what you're not"
Marina & the Diamonds.
(mejor ser odiado que amado por lo que no eres).

Crayón ha vuelto a casa después de pasarse todo el día trabajando. Se ha dejado las luces encendidas, y eso le fastidia. La factura de la electricidad no está muy barata últimamente. Entra en el dormitorio y se desata la corbata. En el reflejo del espejo, alguien se mueve a su vez. Parece que está empeñado en imitarle.
Crayón se quita la ropa y se pone el pijama. Está harto de toda esa mierda. Harto de sonreír al estúpido de su jefe para que no le baje el sueldo, de contar chistes a las chicas con las que sale para parecer gracioso. No entiende porqué tiene que mentir para estar integrado en la sociedad, fingir ser alguien que no es, vestirse con ropa que odia para ir a la moda.
Crayón se mete en la cama y se quita la máscara. Su rostro de verdad es mucho más viejo y aburrido que el que ha dibujado sobre la careta. Parece cansado de vivir. Cuando esta solo y nadie lo escucha, se queja de lo mal que le va todo, se pregunta el porqué de toda esa farsa, se apiada de sí mismo, y a la mañana siguiente se levanta y se vuelve a poner la máscara. Pero lo cierto es que solo es un idiota más.
Si ese hombre de enormes ojeras leyera este relato no se identificaría con estas líneas, como posiblemente te esté pasando a ti. Ahora lees la historia del pobre Crayón y sonríes con suficiencia. "Pobre víctima de la sociedad" piensas. Pero mira a tu cama, mírala bien, porque en la cabecera tienes colgada una máscara igualita a la suya.
A lo mejor es hora de tirarla por la ventana, romper con la rutina, y decirle al mundo quién eres.
(Pero quién eres de verdad).

17 jun 2013

Diccionario de contracorriente.

Vivir. intr. 1) Verbo consistente en cambiar las cosas y pintar constelaciones en la piel de la persona a la que amas. Cuando levantas la cabeza y ves a los demás siempre piensas que son mejores que tú, pero te equivocas. No se trata de sonreír las veinticuatro horas del día, o de hacerlo todo bien, siempre perfecta y erguida. Se trata de equivocarse. De hacer las cosas mal, tantas veces que de caerte se te desoyen las rodillas. Y si lloras, está bien. Joder, eres humano, no pueden pretender que seas fuerte como un roble (porque hasta los más altos caen). Vivir consiste en mirar hacia dónde va la corriente e ir en contra de ella, porque solo los peces muertos la siguen.

14 abr 2013

Echémosle la culpa a la luna.

Te llamé a las cuatro de la mañana para ver si estás bien, porque soñé que morías. Nunca hay que fiarse de las pesadillas, pueden hacerse realidad. Tu teléfono comunicaba. Me dolía el corazón y tuve que repetirme que todo iba bien cuatrocientas cincuenta y tres veces. A la sexta llamada descolgaste. 
-¿Qué coño haces, Mar?
-Quería oír tu voz para asegurarme de que estabas bien.
Te enfadaste conmigo por despertarte. Me dijiste que no pensaba las cosas. Que creerme los sueños era cosa de palurda. Que ahora no podías dormir. Y después nos quedamos hablando durante horas. Yo feliz y tú vivo. Vivo.

17 ene 2013

Las pastillas asépticas de Dean.

Dean cogió las pastillas blancas de encima de la mesa y las sostuvo frente a sus ojos. Eran frías y asépticas, llenas de componentes mudos que le causaban dolores de estómago. No le gustaban. Sabían a medicina.
Se alisó los pelos. Después de conducir de aquella forma, las canas se le habían ido para atrás y parecía un motorista de los años sesenta, con la barba sin afeitar y el cabello agitado por el viento. Will (sentado tras  él) le había dicho que acelerara, pero cuando le paró la policía porque corría demasiado de nada le sirvió decir que el hombre causante de aquello estaba a su espalda. El tipo se había esfumado cuando señaló la parte trasera de la moto, ni rastro de él en todo el trayecto.
Tiró las pastillas por la ventana -un buen regalo para el vecino de abajo- y oyó como se hacían añicos contra el suelo de mármol. Una vez, hacía muchos años, vio como una niña se tiraba desde un balcón y se partía en trocitos también, como la porcelana. Ni rastro de sangre, solo una vasija rota que nadie reclamó. Pobre.
-Cariño ¿te has tomado las pastillas? -le gritó su mujer desde la cama.
¡Claro que no se había tomado las pastillas! Pero aquel secreto solo lo sabía él. Él y el hombre de cara pálida del salón, que lo observaba frente al televisor todas las noches mientras veía una película de tiros.

30 sept 2012

Alguien que te vea perfecta.

Recuerdo cuando te miraban y decían que no entendían tu forma de ser, criticaban tu cabello, tu ropa y te escupían a la cara. Esos ojos de hiena clavados en tu médula, los murmullos entre ellos, una media sonrisa de superioridad. Todo lo que te hizo tanto daño y te hizo creer que estabas por debajo de ellos. 
Has crecido arropada entre desilusiones, cayendo cuando te levantabas, y soportando bajo ti la losa de unos estereotipos que nunca fueron contigo. Porque eras demasiado gorda, demasiado callada, porque no salías los viernes noche y te quedabas bajo la cama al amparo de unas cuantas letras en las que te hundías.
Escúchame bien, pero haz oídos sordos a los otros, aquellos que te insultan y te gritan, que te rechazan por lo que eres. Escúchame bien, eres única, eres increíble, digan lo que digan los demás.
Y no llores por sus palabras, no te sientas mal cuando se rían de ti, porque tú sola eres capaz de escalar montañas, de llegar a lo más alto y clavar tu bandera entre las nubes. A lo mejor aún no lo sabes, a lo mejor aún hoy piensas que no vales, pero un día llegará alguien que te rescate y te haga sonreír con una sola mirada, alguien que sepa todo lo que vales. Un día llegará alguien que te vea perfecta, y entonces tú podrás creértelo también, y te darás cuenta de que todos los demás estaban
EQUIVOCADOS.


18 jul 2012

Sus imperfecciones la hacían tan hermosa...

Me gustaban sus pies pequeños, y su boca grande. El miedo que sentía a la oscuridad, cuando se aferraba a mi brazo y se mordía los labios y buscaba refugios escondidos en mis sonrisas. Lo mal que cantaba, y los versos tan hermosos que contenían sus notas rotas, las frases que lanzaba al aire y dejaba escapar para aquel que quisiera escucharlas. Limpiábamos las casas el sábado tarde en vez de ir a discotecas y ella agarraba la fregona -micrófono privado-, saludaba a su público y empezaba a hablar de cosas tan bonitas como la soledad. 
Me gustaban sus ojos de princesa, tan brillantes que eran cómo farolas en la oscuridad, e iluminaban mis sombras cuando el sol se había ocultado tras las montañas. Sus curvas sinuosas en las que te perdías como si fueran un tobogán, el collar de conchas que se hizo el Sábado 13 cuando fuimos de excursión a la playa y acabamos fundidos con los peces debajo del agua.
Me gustaban sus suspiros de chica apurada, su pelo cayendo a cascadas, cuando arrugaba la nariz y las pecas se perdían entre los pliegues, y los besos que mandaba a la Luna cuando creía que nadie la miraba.
Porque me enamoré de sus imperfecciones, 
y aún hoy el corazón me late al recordarlas...

2009-2017. Todos los derechos reservados a Ali Alina.