MAX: Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.
DON LATINO: Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato.
MAX:
Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una
matemática perfecta, Mi estética actual es transformar con matemática de
espejo cóncavo las normas clásicas.
DON LATINO: ¿Y dónde está el espejo?
MAX: En el fondo del vaso.
DON LATINO: ¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo!
Luces de Bohemia, Valle-Inclán.
La sombras están sentadas en la puerta de casa. Salgo y las veo ahí, tumbadas sobre el suelo, siempre mirando al cielo, sabiéndolo inalcanzable.
En la calle, al lado de las sombras y del silencio, hace frío. Es invierno en las aceras y el viento sopla cortante partiéndonos en dos la cara y el cerebro. La gente camina evitando los charcos porque no quieren verse en ellos, perdidos dentro de una pantalla de móvil, una conversación banal o preocupaciones que solo les importan a ellos.
Y si los miras a los ojos, puedes ver quienes han leído a George Orwell o a Valle-Inclán, y a veces me gustaría quitarme el sombrero ante ellos. Me gustaría quitarme el cerebro porque han viajado a lo más profundo y negro de la sociedad y aún se levantan y siguen queriendo cambiarla.