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18 ago 2010

Tarde de verano.

Recuerdo que quedamos en la estación de trenes que iban hacia el norte. Tú con aquella motocicleta llena de barro de los años sesenta y yo con las sandalias que Aura me dejó un año pasado y que ni siquiera pude devolver. Cada vez que me las veías puestas decías que tenía un pedacito de ella pegado a la tierra.
Nos sentamos en aquellos incómodos asientos y empezamos a contar las nubes que éramos capaces de ver por encima de aquel techo ya casi opaco. Algunas hojas acumuladas danzaban de un lado para otro y nos tapaban la vista. Entonces tu parabas de decir números al azar y me mirabas... aún siento tus ojos verdes recorriendo mi rostro, tu sonrisa y tus dientes blancos.
- Ya no tengo ganas de contar nubes-me decías.
- Yo tampoco. Contemos esta vez pájaros.
- Por aquí no pasan pájaros.
Yo te miraba ofuscada y miraba hacia el cielo por si veía a alguno pasar. El sol me daba en los ojos y tú cogías tu gorra y me la ponías en la cabeza... ya no sé si puedo contar las veces que hicimos aquello, las veces que nos mirábamos y reíamos durante minutos prolongados.
- Por aquí no pasan pájaros-repetías, pero yo y mi orgullo ni te hacíamos caso.
Caía el sol de la tarde y ambos nos levantábamos. Cogías la chaqueta, te montabas en tu motocicleta y me mirabas, esperando que yo hiciera lo mismo. Justo entonces bufaba, miraba el reloj-las ocho y cuarto-y me sentaba tras de tí.
- Por aquí no pasan pájaros-sonreías.
- Ya lo sé, ya lo sé, pero siempre es bonito tener esperanza.

16 ago 2010

Ni en el blanco de los ojos (1)

Said tiene una sonrisa de oreja a oreja como su nombre indica. El alba le sorprende cada mañana sacando cubos de agua del pozo y cuando ve el sol salir un carcajada escapa de él. Su hermana llora a su espalda, él después llega a casa y tiende la camisa para que se vaya el sudor, las lágrimas y la suciedad. Pero el dolor se adhiere y se adhiere y es muy difícil quitarlo. Su madre dice que hay que restregar con fuerza y con constancia. 
[El sobrevivir no es vivir.

Un alba en Afganistán es un milagro, y los que la ven siempre se sienten afortunados. Solamente algunos necios no lloran ni sonríen cuando aparece. Sus caras serías no sufren cambio alguno. La madre de Said dice que la gente no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde. Pero ella, por supuesto, no llama gente a cualquiera... porque también dice que en el mundo hay gente, gente y personas. 
Said quiere ser una persona... él solito se ha dado cuenta de que en la vida hay mucha gente y muy pocas personas, sí...
[por desgracia...

Miriam tiene lágrimas todo el día en las mejillas. El alba le sorprende cada mañana durmiendo. Hay veces que sueña con conejos rosas y otras veces lo hace con un poni. Su hermana llora, ella suelta una palabrota y su madre la calma meciéndola, después le dice que solamente es un bebé y que llora porque se ha hecho caca y porque no es capaz de hablar. Pero eso ella no lo entiende y le dice a la hermana que se calle y se vaya a freir espárragos.
[El derrochar no es vivir.

Un alba en Europa es otro día que hay que soportar, y los que la ven tienen ojeras y están estresados. Solamente algunos necios lloran y se ríen cuando aparece. Sus caras siempre sufren algo cambio, se les ilumina el rostro. La madre de Miriam dice que hay que rezar por las personas que no tienen casa, después sale de la habitación y se unta una tostada con mantequilla recién hecha. 
Miriam quiere ser una princesa... ella solita se ha dado cuenta de que si es ella la que controla a los demás siempre podrá hacer lo que le de la gana. Hay gente así en el mundo, sí...
[por desgracia...

12 ago 2010

Silencio.


Foto de Ibai Acevedo


Burbujas cristalinas, transparentes, suben hacía la superficie impulsadas por una fuerza invisible, pasan ante mí y me hacen cosquillas... poco después explotan.
Pop. Pop. Pop. 
Ya no son nada, el agua vuelve a ocupar de nuevo su lugar y no queda rastro ni huella.
El silencio se extiende y solamente se puede escuchar el leve movimiento de mi cuerpo dentro del agua, los latidos de mi corazón acompasado.
Me voy quedando sin aire y salgo de nuevo a la superficie.
Lo primero que escucho es el canto de un pájaro que, subido en una rama, me observa.

Las cosas vuelven a ser de nuevo como antes.
El silencio
se desvanece 
con prisas. 


10 ago 2010

Donde los problemas se van con un café...

En una calle cualquiera de París, a altas horas de la madrugada:
Una cabina de teléfono llena de pintadas escritas en francés: oh, c'est mon amour, y nombres extraños, firmas... Un coche escarlata cuyo conductor tiene medio cuerpo fuera y grita algo a un taxi que se hace el sordo... En la acera de enfrente un borracho se agarra a una farola que apenas es capaz de dar luz. 
En un café que hace esquina una camarera sirve tazas decoradas con fotos de la Torre Eiffel, una de ellas, escurridiza, resbala y cae al suelo, el café se esparce por toda la acera y crea pequeños ríos que terminan desembocando en la alcantarilla. 
Dos mujeres, mientras, charlan encogidas en una mesita de mármol.
- ¿Quieres un cigarrillo?
- Esta noche no. 
- ¿Por qué?
- No tengo ganas de nada.
La que ha formulado la pregunta da otra calada y el color carmín del pintalabios impregna el papel. 




20 jul 2010

Justo desde Canelones.

Un 2 de Abril de 1939, desde la estación de trenes de Canelones. Uruguay.
Sin remitente. Hacia una España que no vale la pena.

¿Cómo va por allí, Marcos?
Aquí ya te echo de menos. El rumor de las olas, las dunas de arena llenas de hierbajos, los pantalones cortos y los pies descalzos... todo me recuerda a ti. Canelones no es una ciudad cualquiera. Aún hoy, después de tantas visitas, después de tantas ansias y tantas esperas, me gusta sentarme en los asientos roídos de la estación. Allí saco mi libreta y escribo, escribo todo lo que se me pasa por la cabeza. Las tardes de primavera del pasado Marzo, donde contábamos trenes aquí, sentados un poco más allá, entre aquellos dos abetos que aún se pueden distinguir en la maleza.
Aunque no está abandonada, esta estación yace medio muerta. Es una de las pocas que han logrado sobrevivir al paso de los años, aunque como en cualquier ser humano se notan las diferencias. Las paredes ya no son blancas, el reloj que daba las doce en punto se ha parado de repente. Las voces se han congelado. No se oye el sonido agudo del tren a su llegada, ni la voz de esa mujer que siempre llevaba una flor roja enorme en la pamela ¿la recuerdas? Cogía el tren todos los viernes por la tarde, de regreso a casa. Ni que decir del vendedor de cupones, ahora quedara reducido a nada. Desde que tengo consciencia, lo veo pasearse por la estación, con sus zapatos de claqué, de esos que ya ni siquiera se llevan. Sus pasos parecían un baile descompasado, un hombre cuyo destino se había perdido entre raíles. Hay muchas personas que formaron la estación, que la animaban y la convertían en otra cosa. Ahora eso ya no existe. El todo y el nada, aquello de lo que siempre habíamos hablado.
¿Cómo pueden cambiar las cosas en tan poco tiempo, Marcos? ¿Cómo puede convertirse la vida perfecta en un suplicio, en un mundo de heridas abiertas? Allí terminó ¿no? Eso dicen todos. Pero tú no sabes decir si es realidad eso de que acaba.
Aún hay que arreglar muchas cosas en este mundo, aún hay que dar muchos pasos hacia delante. Huí de allí y me encuentro aquí ahora, escribiéndote desde la estación de Canelones, sentada donde tu y yo, hace ya varios meses. Casi como si fueran años.

7 jul 2010

Siluetas en un amanecer (Relatos dedicados a imágenes IX)


Imagen de Andres Sañudo.

No somos más que dos personas en un
mundo cualquiera que
nos preguntamos el porqué de
nuestra mera existencia.
Ahora me ves y no recuerda nada de lo que nos sucedió. Ahora me ves y ni siquiera te preguntas que fue lo que pudo suceder en aquel remoto y pasado viaje a África. Yo, en cambio, cada vez que diviso tus ojos, tu agonía, tus nervios y tus ganas, regreso a un pasado que nunca querré olvidar.
Aquel cielo sin estrellas, sobre árboles muertos
y rancios, apunto de caer en una hierba
mustia y francamente inexistente
Sobrevolamos jirafas con manchas marrones, de cuerpos esbeltos y cuellos altos. Sobrevolamos jardines inventados que nuestros ojos no son capaces de ver. También rinocerontes, leones que gritan ¡libertad! en forma de un rugido infernal y temerario. Al menos es eso lo que imaginamos.
Y me encuentro de tu mano
observando un paisaje que probablemente
no vaya a volver a ver
jamás.

5 jul 2010

De amor y esperanza

Que va todo siempre de lo mismo, repetimos:
Lo mismo.
Hacen eco las palabras, resuenan una y otra vez, permanentes, nos cansan, hacen daño a los oídos, nos convertimos en marionetas manejadas.
Lo mismo.
Y es que hablamos de lo mismo, que ya casi no queda esperanza. Tu haces y yo hago eso, y eso se convierte en nada.
Lo mismo.
Hay dolor, hay agonía, sufrimiento en un pozo negro sin fondo y lleno de estrazas con letras de tinta corrida y mojada, palabras perdidas para siempre.
Lo mismo.
Desazón poca esperanza. Amor reducido a gloria falsa. Tu amor es mi amor es el mismo amor de todos, sin diferencias, sin peculiaridades, el amor son copiar reproducidas de forma exacta.
Lo mismo.
Y ya es que hasta te cansa repetir siempre las mismas palabras, andar por las calles como lo hacen los demás, vestir como lo hacen los demás, hablar como lo hacen los demás. Reiterada agonía, vida igual. Caemos en rutina diaria.
Lo mismo.
¡Hay siempre lo mismo! Que lo que antes eras tú, con tu pelo rubio, encrespado, con tu pelo negro y lacio, con tus ojos grises, con tus ojos pardos, ahora es una sombra, algo indiferente, imposible de diferenciar de los demás.
Lo mismo.

4 jul 2010

Y la infancia corrió hacia las estrellas...

Muchísimas gracias por confiar en mí, y porque ya hay 31 seguidores y casi casi 2.300 visitas, que ni siquiera me lo creo. Espero no defraudaros.

(una especie de reflexión...)

El mundo se tornó oscuro de repente. La oscuridad se hizo patente. La luz adquirió un tono grisáceo, pero solo por unos momentos...
Como escuchar una película sin voz, a cámara lenta, volvió el sonido, las luces, los milagros, los colores, el ajetreo, los ruidos de coches pitando. Salimos de esa burbuja en la que nos encontrábamos, pusimos los pies en el suelo. Abrimos los ojos, vimos las cosas de otro color, de otra forma, desde otro punto de vista.
Llamadlo como deseéis, pero adquirimos perspectiva.
Leí una vez, en algún lado, que no nos acordamos de cosas que nos sucedieron de pequeños porque nuestro punto de vista había cambiado y no éramos capaces de mirarlo como antaño.
Descubrimos cosas nuevas, y otras se nos escaparon de las manos... hay tantas cosas que contar, tantas cosas que narrar, que hasta se nos hace pesado, y el tiempo se nos escapa de las manos, se nos va...
casi
sin
que
nos
demos
cuenta.


1 jul 2010

Jump!

Hierba rancia y seca, adherida a tus zapatos. El descampado se abre ante nosotros, desolado y desierto, el silencio se apodera de nuestros cuerpos. Un frío torrencial entorpece mis pensamientos.
Saltamos.
Cierro los ojos, mis pestañas se convierten en rejas. El aire crea sonidos extraños y causa eco, devuelto por las montañas. Siento tus labios en mis mejillas sonrosadas. Sonrió y me dejo llevar por el vaiven de las hojas grisáceas. Otoño.
- ¿Crees que deberíamos de haber ido a esa fiesta?
Ya sé tu respuesta.

29 jun 2010

Solos en el silencio (Relatos dedicados a imágenes VIII)


Navegamos por un mundo de estrellas que alumbran la oscuridad. Contenemos la respiración, flotamos. Tus mejillas sonrojadas destacan incluso detrás del cristal, cubierto de vaho. No soy capaz de fijarme en la vía láctea, solamente en tus ojos azules iguales que el infinito y tu respiración acompasada a los latidos de mi corazón.
De repente me parece que no hay nada que me ate al mundo. En la oscuridad de una noche perpetua, patente ante mí, cierro los ojos. El brillo de las estrellas desaparece. Floto en el silencio.
Y me veo a mí, y a ti, rodeados de miles de estrellas, con el planeta tierra al fondo, dentro de la composición del cuadro de la vida.

20 jun 2010

Goodbye # Maybe

Nunca fue más que un sueño. Soñaban los dos. Pero nunca fue más que un sueño.
Hasta que se hizo real.
Antes todo había sido fácil, mucho más fácil que ahora. Bastaba con cerrar los ojos y dejar volar la imaginación. La música que tanto les gustaba sonaba de fondo, el bajo daba la nota final. Un Maybe desafortunado.
Imaginaban ser otros, diferentes, vidas paralelas que no tenían que ver una con la otra. Soñaban con despertarse, y se preguntaban que sucedería si no se encontraran cada mañana, como habitualmente hacían. Ambos sentados, uno en frente del otro, hablaban sobre que pasaría si sus mentes pensaran en otras cosas que nada se asemejaban a su vida de ahora. No pasarían por sus cabezas los momentos en los que se encontraban juntos, lo de menos que echaban al otro, como almas gemelas separadas bruscamente.
No podían ni pensar en goodbye como algo cercano, solo como un sueño. Algo imposible y sobrenatural que, seguramente, no llegaría jamás...
Hasta que se hizo real.
Y sus cuerpos se separaron y se fueron, dejando aquello en lo que se fundieron, convirtiéndose en almas separadas que no serían capaz de juntarse. Existen muchos porqués en esa historia.
Como en tantas otras.
Se dijeron adiós casi sin quererlo, sin pensar en nada, sin reaccionar. Ellos no pensaron en un goodbye, solamente un maybe, lejano y distante.
No merece la pena malgastar tu tiempo pensando que sucederá en lo trágico.
Guíate de la esperanza y sigue hacia delante.
No siempre tenemos las mismas oportunidades, ni los mismos momentos.
Hasta que se hizo real... y terminó con un goodbye, y no con un maybe como esperaban.

4 jun 2010

Cuadro de sueño (Relatos dedicados a imágenes III)

Imagen de Emilio Urberuaga


Duerme... y los sueños se convierten en realidades pequeñas, sale de nuestras cabezas aquello que siempre quisimos, aquello que siempre ansiamos.
Justo es eso
lo que queremos
Nos parece vivir en una nube, soñar lo inimaginado, con lo imposible, vivir esas cosas que no pudimos sentir en la realidad. Verlo como en cuadros, todos a tu vera, en la cabecera negra de tu cama. Nos volvemos pequeños...
Y nos parecemos
a no ser nada
Una cama ancha, larga, remontarnos de nuevo a cuando no éramos más que niños que, en una cuna, lloraban. Cerrar los ojos y ver otro mundo, lleno de tiovivos, cosas raras que cobran sentido en nuestra mente. Mañana. Mañana.
El sol se cuela
por las
ventanas...

25 may 2010

Lluvia (Relatos dedicados a imágenes II)

Imagen de Anuska Allepuz

Llovía aquella tarde intoxicada de contaminación, de metros oscuros y de edificios altos. El hombre acarreaba con maletas corroídas por el tiempo, donde diferentes postales dejaban una ráfaga de los lugares por los que había pasado.
Las gafas se le resbalaban, las gotas de lluvia le impedían ver absolutamente nada, su nariz respingona se escondía tras una roja de payaso, los clinexs en el bolsillo derecho inalcanzable. Un póster cuyo color antiguamente era el negro sostenía un cartel que medio caído, rezaba la calle en la que se encontraba.
Exactamente, había llegado correctamente, pero no era donde deseaba estar.

(Nostalgia del sol, de las verduras de la abuela
y de las ganas de vivir, de las casas bajas de
madera y de las blusas blancas acopladas al cuerpo)

Llovía aquella tarde intoxicada de contaminación, de metros oscuros y edificios altos...

24 may 2010

Dos en uno, yo y yo. (Relatos dedicados a imágenes I)

(Ilustración de Noemí Villamuza)


Existe un yo, y otro yo, diferente.
El oscuro y el blanco.
El siniestro y el inocente.
Porque el bien y el mal suelen ir cogidos de la mano.
Mi yo llama a la puerta, y el blanco de la sala oscurece, es así como se mezclan los sentidos.
No existía sombra, ahora una larga sin sol.
Existe un yo, y otro yo, diferente.
Pero ambos son el mismo.
(no me digas porque lo sé)

17 may 2010

Experimentando del revés.


Blancas nubes.
Cosquillas al cielo,
a lo lejos edificios
de plumas negras y blancas.
El sol tapado por pájaros
lleno de peces transparentes
dentro del agua y entre caminos.
De la linde en el pino
la niña colgaba.
Recio viento soplaba
que acariciaba el azul cielo.
En el verde bosque
aparecía algo.

Algo aparecía
en el bosque verde
que acariciaba el cielo azul.
Viento recio soplaba.
Colgaba la niña
en el pino de la linde
entre caminos y dentro del agua
transparente y llena de peces.
Pájaros tapaban el sol
de plumas negras y blancas.
Edificios a los lejos
haciendo cosquillas al cielo,
y nubes blancas.

29 abr 2010

Pompas de jabón


HIZO pompas de jabón, dejando que fueran mecidas por el viento y chocasen contra el cristal, quedándose reducidas a gel de baño. ExprimIÓ el bote y dejó que el líquido verde llenase sus manos. Después mojó con agua y sopló. Una. Dos. Tres. Esta vez tuvo suerte. El espejo quedó de nuevo manchado y su figura distorsionada, como vista a través de un cristal opaco. No le importó demasiado.
Alguien, entonces, entró por la puerta. Su marido la cubrió con la chaqueta por la espalda y sonrió. Le dio un beso en la mejilla y musitó que iba a hacer la cena. La dejó en el cuarto de baño, apoyada en el lavabo, viendo su propio rostro, ahora humano, antes muerto. Se tocó la cabeza y sonrió al ver que ya le empezaba a crecer el pelo. Ahora podría estar haciendo las pompas de jabón con un niño en la bañera, pero ya esos problemas no se podían solucionar, tendría que seguir con su vida. Inspiró hondo y siguió soplando para formar más pompas.

Volaron mecidas por el viento y chocaron contra el espejo, convirtiéndose solamente en gel.

27 abr 2010

Crónicas de estar por casa XXII

Ilusos.
Sois todos unos ilusos.
Os creísteis mis mentiras. Os creísteis mis engaños. Caísteis en la trampa, pensasteis que de verdad os amaba. ¡Que tontos! Que tontos habéis sido... Cuando os acompañé hasta la entrada de casa, cuando sonreí entre vuestras mantas. El amor es mentira, es un cuento. Rosa no. Negro.
Ahora, retumbado sobre la maca, recuerdo aquellos amargos sentimientos, esa manera retorcida de verme a mí mismo, de ver a los demás. Que crueldad, no sé como fui capaz de hacerlo... el ser humano, tan simple, tan complejo, tan diferente a todo lo demás.Capaz de hacer lo mejor por el mundo. Capaz de destrozarlo todo, también lo que el mismo creó tiempo atrás.
¿Y si fuésemos capaz de arreglar aquello que hicimos mal? Volver atrás en el tiempo, no, no hace falta. Hagámonos ahora, en este momento. Tal vez desde nuestra casa. Y pienso, aquí sentado en el salón, solo, como solucionar aquello en lo que me equivoqué y de lo que me arrepiento. Pinto aquello que volví gris y blanco, negro, aquello que ensucié.
De rojode amarillo,de naranja, de verde, de azul, de morado...

25 abr 2010

Píntame de naranja y rojo


Como si fuera un cuadro incoloro que debes de alegrar. Coge la brocha y decora los parpados, los ojos, cámbiame de color los labios y ponlos más sonrosados. Haz que sonría, que no esté triste. Píntame con un vestido rojo, de esos que suelo llevar en la playa durante el verano. Píntame con el pelo crespo y alborotado. Deja que mis manos hagan surcos en la pared, que el sol aparezca entre la madera como si la estuviese traspasando.
Y, de paso, pinta todo lo demás.

Pinta el cielo naranja.
Pinta el árbol morado.
Pinta la casa negra.
Pinta el viento de blanco.

Utiliza los colores, lo inutilizado.Coge la brocha y mójate tu también, dejando que tu cuerpo sea un arco iris de colores. ¿Qué más dan las manchas? Si después todo se lava, todo se va, no nos daña...

Pinta de colores, quita ese gris que acumula telarañas. Hazlo si quieres con lápices de madera, con ceras, con acuarelas aguadas. Si quieres, mira lo que te digo, con telas, con cartulinas o temperas, tal vez a óleo, describiendo lo imposible.
Pinta al mundo.
Píntame a mí.
Pero píntame de naranja y rojo.

18 abr 2010

Todos...

...somos iguales.
La calle y yo, paralelos el uno al otro, mirando aquellas cosas que siempre me sorprendieron. Esas miradas, esas sornas, miles de personas pasando a mi alrededor sin que yo las conozca. Ellos son mi alrededor, para ellos yo soy su alrededor. Y sin embargo es diferente según el rasgo de ESA persona. La forma de mirarla, de juzgarla, de saber si de verdad... es como nos la imaginamos. El ser humano juzga antes de tiempo, siempre.



Blanco.
Negro.

Todos somos iguales.
No hay ser superior, aunque a veces nos lo parezca.

17 abr 2010

Crónicas de estar por casa IX

¿Tu verdad? No, la verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela.
Antonio Machado.
Proverbios y cantares.

Y de repente regresamos de nuevo a ayer. Nos cogió de improviso, casi de inmediato. Nos contábamos verdades en la terraza, tomándonos el batido de fresa con pajita naranja. Yo reía con tus gracias y tu llorabas con mis mentiras. Estabas cansado de Babi, de aquel chico que vendía revistas en la calle y de las rosas de los vientos que decoraban los libros de tu casa. Solamente querías mudarte al pasado y arreglar aquello en lo que te equivocaste hace tanto tiempo atrás. El piano en la salita acompañaba nuestra paz general. Empezó entonces a llover.
Una gota, dos.
Extendimos las manos y cerramos los ojos. ¿Sabes? La vida tiene sus fases. Sentí el agua caer sobre mí y dejarme el pelo mojado, adherido a mi piel. Suspiré y recordé aquello que me dijiste un día pasado.

Tú verdad no. La verdad. Claramente no era lo mismo.

2009-2017. Todos los derechos reservados a Ali Alina.