25 ago 2013

A(lunar).

Tu piel es imperfecta. Imperfecta como el universo.
Trazo recorridos con la yema de los dedos y creo constelaciones a través de tus lunares. Son redondos y oscuros, manchas en el mapa huesudo de tu espalda. Se te erizan los vellos de los brazos, se te dilatan las pupilas, arqueas la columna vertebral con un ligero temblor.
Terreno lleno de cráteres, y mi mano cohete espacial que aterriza (aluniza) sobre los poros de tu piel. Ahí arriba, sobre tu torso desnudo, estoy seguro de que me harían falta miles de litros de oxígeno para poder respirar con normalidad.

29 jul 2013

Hueco.

Me he perdido/en tu universo/y solo oigo/el eco de tu voz/rebotando/en las paredes/de este enorme/[vacío].

16 jul 2013

No dejes de hablar en medio del túnel.


La radio del 600.

Conducías a mi lado, por una carretera en lo alto de un montaña bajo la cual descendían metros y metros de árboles agarrados a tierra por cada una de sus raíces, aguantando como robles la presión de la gravedad. En la radio sonaba algo. Algo triste, de eso sí me acuerdo. Yo llevaba puesto el cinturón, pero cuando giramos la curva y las líneas de la carretera se hicieron continuas por la velocidad (efecto óptico en la cuenca de los ojos) me lo quité y te miré. Tenías la vista fija en la carretera, y éramos tú y yo en medio del infinito. En medio de la nada que unía tu ser y el mío. Saqué medio cuerpo por la ventanilla y gritaste asustado. Me agarraste por el cinturón y entramos en un túnel. Todo estaba oscuro y desierto. Oía tu voz sonar como un suspiro, aliento en medio del silencio, y sonreí mientras me hablabas enfadado, con la voz ronca del miedo.
(No dejes de hablar en medio del túnel -te dije-No dejes).

25 jun 2013

Nubes sobre Ámsterdam.

Volvería a Ámsterdam entre canales de agua dulce y bicicletas al borde de la extinción. Sería caminar sobre las casas de grandes ventanales con un ojo puesto en el paisaje y otro en los chicos de gorro en la cara. Allí, si suspiras, el viento congela tus problemas y se los lleva lejos, donde las nubes los tapan. Olor a madera, amor y algo de marihuana.
(Ojalá besarte entre sus calles de casas altas y descompasadas)

17 jun 2013

Carta a todas tus cadenas.

Hoy publico dos entradas por teneros tanto tiempo en silencio. Siento mucho cómo  se me va la cabeza, aquí tenéis compensación. (Por favor, no obviéis la una por la otra, las dos están hechas con el mismo amor):

¿Puede alguien oírme?
Estoy en el fondo de la oscuridad, allí donde guardáis las discusiones y los malos recuerdos. Tengo frío, estoy desnuda y además se me empieza a gastar la voz.
Me conocéis. Estoy segura de que me conocéis. Dejarme aquí es cómo abandonar vuestro último halo de vida, la poca esperanza que os quedaba. Querría llorar, pero nunca he tenido lágrimas. Y si las tuviese, ya se habrían gastado.
Venid a rescatarme, por Dios.
No creo que pueda aguantar mucho más.

Fdo: La Libertad.

Diccionario de contracorriente.

Vivir. intr. 1) Verbo consistente en cambiar las cosas y pintar constelaciones en la piel de la persona a la que amas. Cuando levantas la cabeza y ves a los demás siempre piensas que son mejores que tú, pero te equivocas. No se trata de sonreír las veinticuatro horas del día, o de hacerlo todo bien, siempre perfecta y erguida. Se trata de equivocarse. De hacer las cosas mal, tantas veces que de caerte se te desoyen las rodillas. Y si lloras, está bien. Joder, eres humano, no pueden pretender que seas fuerte como un roble (porque hasta los más altos caen). Vivir consiste en mirar hacia dónde va la corriente e ir en contra de ella, porque solo los peces muertos la siguen.

14 abr 2013

Echémosle la culpa a la luna.

Te llamé a las cuatro de la mañana para ver si estás bien, porque soñé que morías. Nunca hay que fiarse de las pesadillas, pueden hacerse realidad. Tu teléfono comunicaba. Me dolía el corazón y tuve que repetirme que todo iba bien cuatrocientas cincuenta y tres veces. A la sexta llamada descolgaste. 
-¿Qué coño haces, Mar?
-Quería oír tu voz para asegurarme de que estabas bien.
Te enfadaste conmigo por despertarte. Me dijiste que no pensaba las cosas. Que creerme los sueños era cosa de palurda. Que ahora no podías dormir. Y después nos quedamos hablando durante horas. Yo feliz y tú vivo. Vivo.

27 mar 2013

El lugar donde falta el oxígeno.

Abrió el compartimento de la nave, estrellas titilando sobre sus ojos. El corazón (boom boom en el pecho) estaba a punto de salírsele del cuerpo. Oía los latidos con claridad en el silencio del inmenso universo. Echó un vistazo hacia abajo, sus pies sobre la negrura de lo incierto y su hogar a la altura del zapato. El mundo se veía tan pequeño y vulnerable desde aquella perspectiva...
Pensó en saltar y dejarse flotar lejos, lejos para que no pudiesen encontrarlo.

25 mar 2013

Pasar el resto de la vida contigo.

Mechones de pelo suelto en un moño apresurado.
Los latidos del corazón 
(en una habitación en silencio).
Arrodillarse sobre la madera.
Extender la mano derecha.
Una caja en la palma.
Las arrugas que se forman con las sonrisas.
El crujir de una silla al levantarse.
Dos cuerpos que se abrazan.
Dilataciones de pupilas.
Cerrar los ojos cuando te
levanta en vilo y
girar el anillo de oro
en el dedo corazón.
-Sí, claro que sí.

18 mar 2013

El arquero de las calles de Nueva York.

Tenía los ojos grises de su madre, aunque no la conocía. Corría más rápido que mil y un leopardos, pero no por ello había escapado de las garras de la policía, -las sirenas de fondo como banda sonora de su vida-. En la cárcel estuvo dos veces, encerrado entre cuatro paredes frías como el hielo y oscuras como la noche, con la cabeza gacha, los codos sobre las rodillas y las manos hundidas en el pelo azabache. Le llamaban Robin Hood. Vestía camisetas de segunda mano y robaba manzanas en el mercado. Manzanas y pan y gorras y dinero de la caja. No había piedad en su mirada, pues más de una vez le habían partido el labio inferior por dudar de sus enemigos, ni inocencia en su cuerpo, elástico y lleno de heridas. Ayudaba a aquel que lo necesitara, al menos hasta que lo cogieron por tercera vez y lo plantaron frente al jurado. (Ahora, espera su sentencia).

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