28 ago 2014

Mi lóbulo occipital.

De pequeña las cosas siempre me salían bien. Si algo se perdía, lo encontraba. Si alguien se ponía malo, se recuperaba. Y así con la mayoría de los acontecimientos que rodeaban mi vida. De hecho, jamás me planteé que las cosas pudiesen ser de otra manera, igual que cuando ves una película de ficción tampoco te planteas que el villano domine el mundo y el protagonista muera. Simplemente, esas cosas no pasan. 
Y cuando te haces mayor (dentro de lo que yo puedo permitirme llamarme mayor) te das cuenta de que el mundo no te favorece para que los acontecimientos se resuelvan solos. De que eres tú el que tiene que saltar los obstáculos y hacer que las cosas vayan bien. Y es duro. Lo es porque en esta sociedad nos han enseñado que cuando un juguete se rompe es más fácil comprar una nuevo que repararlo. Pero yo no quiero ir obviando mis problemas, no quiero intentar encontrar el juguete perfecto porque, seamos sinceros, todos terminan por romperse.
Pese a todos los dilemas, aún veo mi vida y pienso que se pueden arreglar las pequeñas cosas de ella que van mal. Porque por encima de los defectos que tiene, esos defectos que todos tenemos al fin y al cabo, es sin duda maravillosa (y sería una estúpida si no supiese apreciarlo).

3 ago 2014

Tú (me) estás pasando. Audio Blog II

¡El segundo audio blog ya está aquí! El primero tuvo más éxito del que esperábamos con 19 likes y casi 150 reproducciones, además de comentarios de apoyo y opiniones.  Ya somos 24 suscriptores en el blog, pero si tú no lo estás ¿a qué esperas para hacerlo? Entra en el canal y suscríbete.
De verdad esperamos que el proyecto de Youtube vaya creciendo poco a poco, pero para eso necesitamos tú ayuda, porque sin las personas que nos leen y nos escuchan no somos nada. Por eso, te pido que si te gusta lo compartas con tus amigos o lo envíes por correo, twitter o el lugar con el que más cómodo te sientas. No te llevará más de un minuto y conseguirás aportar tu granito de arena al saco. Muchas gracias por leerme una vez más y por escuchar la segunda historia que vengo a contarte.
Sin más demoras, os dejo el segundo audio blog, de un relato que podéis leer aquí.


24 jul 2014

Apogeo.

Es esa sensación de verte en el espejo y sonreirte después de muchos días en los que apenas podías echarte un vistazo por el rabillo del ojo, encerrada en un agujero profundo de cuyo fondo en algún momento te levantaste y empezaste a escalar.
Es esa sensación de que, después de tanto tiempo, has aprendido a sonreirle a los lunares de tu cara y a los ojos que antes no te gustaban, y las opiniones de los demás causan una opresión tan pequeña en tu pecho que la olvidas a los pocos segundos. 
Y si antes odiabas el futuro porque no lo entendías, y tenías piedras en el camino que no sabías como levantar, ahora incluso te apetece saltarlas porque te elevas más alto que nunca.
Es esa sensación de satisfacción plena, de saber quién eres (o estar en el camino a descubrirlo), y tirar hacia delante con el mundo y todos los que quieran venirse detrás.
Es esa sensación de apogeo tan parecida a la felicidad.
Confianza la llaman.

12 jul 2014

Como una bomba en cuenta atrás.

 
Hay música palpitando

Y no sé que hacer
si no te tengo entre mis brazos.
Porque siento que cuando te vas
se me mueren los sentimientos y
se me acaban las cosquillas en el estómago.

Y me duele en todos lados si pienso en ti y no puedo abrazarte, y se me acaba el aire de pensar que estás en otro lugar lejos de mí donde mis labios no pueden disfrutar hasta el último centímetro de tu boca. Dicen que hay pocas energías inagotables pero hazme caso si te digo que mi corazón no ve la manera de dejar de amarte. Y que cuando te veo, aunque sea solo un fragmento de ti, el pronunciar de una palabra o un hoyuelo en la mejilla, se me acaban las palabras y el cuerpo se me llena y explota como una bomba que llevaba demasiado tiempo en cuenta atrás.

Y yo también cuento hacia atrás
los lunares de tu espalda
como si fueran constelaciones
en un universo infinito.

10 jul 2014

El mundo caduco. Audio Blog I

Ya sí, 100% original, os traigo el primer relato grabado en audio. Crearé una colección que espero vaya creciendo al mismo ritmo que el canal de Youtube.
Recordad que cualquier comentario, like, RT en twitter (@AliciaAlina_), suscripción o recomendación a amigos sirve. A vosotros no os llevará más de un minuto y a nosotros nos hará crecer.
Gracias una vez más por esta oportunidad y por lo grandes que sois ¡Ya somos casi 2000!



27 jun 2014

Inspira, huele a ti.

El verano le recordaba a Tat porque olía a ella. Mil y una historias se contaron llenos de paja y heno en el trigal, y mil y una caricias se dieron también bajo la luz de ese sol cálido que solo se pone en los pueblos.
El verano era la época de las bicicletas, las casas de madera agrietadas y los paseos por la ladera del monte, al lado de gatos negros que los observaban con alevosia. Ella en su traje cian de flores estampadas, el sombrero de ala ancha siempre a punto de cáersele al suelo. Era la típica mujer que perfilaba sus labios de rojo pero se dejaba las uñas sin pintar, natural, sencilla y, a la vez, terriblemente femenina. 
El verano olía a Tat. 
La época donde todo se siente más y al respirar el aire llega más hondo.

29 may 2014

El silencio de los culpables.

 
Escucha el silencio. 

 "Y el hombre, siempre callado, entonces, de miedo, habla"
Rafael Alberti

Os dijeron que teníais que temer al pueblo y no hicisteis caso. Habeis jugado con nosotros, reído en nuestras caras y robado incluso lo inrobable. El silencio ha sido vuestro aliado desde que empezasteis, pues con silencio habeis respondido a nuestras revoluciones, y con silencio habeis excusado vuestras acciones. 
Y ahora el pueblo empieza a levantarse, a alzar las manos, y el silencio que tanto amábais y en el que tanto os refugiasteis empieza a quebrarse por gritos de libertad, gritos de revolución. Finjis que no os importa, que seguís en ese estado de inconexión, pero lo cierto es que cada vez os salen más sandeces por la boca porque estáis cagados de miedo.
Cagados de miedo, 
y con razón.

25 may 2014

Las personas inteligentes.

Las personas inteligentes se caracterizan por un rasgo de soberbia, autosuficiencia y falta de empatía. No están cinco horas delante de un libro a la espera de aprenderse algo que no les importa, porque cada vez que levantan la vista del papel su cabeza vuela a algo más interesante que hacer. Y si se concentran, lo hacen para mover sus neuronas más allá de una lista con quinientos nombres que no dicen nada.
Las personas inteligentes no son aquellas que sacan diez en todos los exámenes y consiguen las cosas que quieren a la primera. Las personas inteligentes fracasan, porque solamente los que vuelan tan alto pueden arriesgarse a caer.
Caer, pero
habiendo vivido.

17 may 2014

En acrílicos.

Dos personas discutiendo al fondo de la calle, estáticas en el cuerpo y dinámicas en los gestos de las manos, mientras el resto del mundo pasa esquivándolas. Un coche rojo situado en medio de una fila de coches blancos. Una mujer pálida y estirada, vestida de negro. El sol recortando la silueta de una estatua que señala al cielo. Un montón de ventanas iguales y, de repente, una señora asomada a una de ellas fumándose un cigarro. 
En cada esquina la luz da de una manera diferente y los árboles se tuercen hacia donde el viento sopla. En cada esquina está el color, el sonido, la perspectiva y el contraste.
El mundo es arte y, si quieres
puedes tapar la rutina de un brochazo.


14 may 2014

Ir de rojo cuando la vida va de gris.

"Es algo que suele suceder con los muertos: lamentas no haberles dicho a tiempo cuánto los amabas, lo necesario que te eran. Cuando alguien imprescindible se va de tu lado, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales".
Señora de rojo sobre fondo gris, 
Miguel Delibes.

He perdido el sentido de la orientación y tengo un dolor en el pecho que se me ha extendido a todo el cuerpo. A mi alrededor, el mundo gira. Parece una canica con la que alguien ha jugado, retenida en el bucle constante del cambio.
Y si me busco, no me encuentro. Me asfixio entre el resto de los cuerpos y me pierdo una vez más (si es que alguna vez me encontré). No quiero estar así toda la vida. No quiero estar todos los días pensando en lo que no hice o en lo que por imposición tengo que hacer. Pero no encuentro forma de aliviar este dolor en el pecho, no sé como arrancarmelo sin que el mismo acto de hacerlo me duele aún más.
A veces me entran ganas de morirme porque al menos dejaré de existir de forma definitiva. Pero si hay algo a lo que le tengo más miedo que al dolor es a la muerte. No es por valentía por lo que sigo aquí, es porque soy una cobarde. Me da miedo morirme sin haber vivido, me da miedo que nunca pueda encontrarme y al final desaparecer sin saber quien era.
Sin haber existido de verdad.

2009-2017. Todos los derechos reservados a Ali Alina.