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8 jul 2011

Espiar horizontes abrazados.

"Lo que me conmueve tanto en este principito dormido es su 
fidelidad a una flor, la imagen de una rosa que resplandece en
él como la llama de una lámpara, incluso cuando duerme"
Y lo adivinaba aún más frágil. Hay que proteger bien a las 
lámparas; una ráfaga de viento puede apagarlas...
Le Petit Prince, Antoine De Saint-Exupery

Se han quedado bajo la cama tus sonrisas imperfectas, tus ojos azabaches, tus manos largas de pianista, el sonido de tu voz serena, tu frágil estructura de huesos y carne, el hablar con las estrellas -Orión en las noches de verano- , las lágrimas saladas que se confundían con el océano, espiar horizontes abrazados, las galletas de chocolate en los bolsillos de la chaqueta, el vestido rojo para los atardeceres y el azul para un solo amanecer. 
Ahora que te has ido, ahora que tu vacío late en mi sien, me doy cuenta de que es verdad, que me rescataste de mi mundo de penas y me llevaste a un lugar, incluso, más allá de la segunda estrella a la derecha, de que sin ti no soy nada y de que cuando me decías: cuando desaparezca, me olvidarás, no estabas en lo correcto. 
¿Ves? Estaba tan enamorado de ti que conservo todos y cada uno de tus recuerdos

28 jun 2011

Cigarettes VI

Había una vez dos partes de una misma historia, dos corazones entrelazados y palabras de tinta que se fundían en el mar. Había una vez dos pares de ojos grandes que jugaban a imaginar. 
Alma había soñado con aquel momento tantos meses, tantos años, que no sabía si de verdad era real. Cada varios minutos debía de pararse a pellizcar su mejilla sonrojada para estar segura de que no tenía que despertar, pero no, allí estaba él, prendiéndole la cintura, con el sombrero borsalino de paja que le hacía parecer un explorador intrépido, místico y oculto en si mismo. De repente, en aquella puesta de sol junto a la calita en la playa, Alma se preguntó cuantos lugares había explorado antes de aquel momento, cuantas veces había pensado en ella y si en algún momento le había dicho su nombre a las estrellas. 
(Ella sí que lo había hecho, tantas veces que seguro que sus palabras habían dejado estelas en la Vía Láctea). 

Gigarettes no empieza aquí. 

24 jun 2011

Repartían felicidad en forma de caramelos.


Le volvía loca la trenza sabor a fresas de Samanta, los abrazos a corto plazo y la mirada azul que siempre le lanzaba. Cuando se encontraba mal ella le limpiaba las lágrimas, sonreían y se besaban.
- Vamos a bailar. 
- Ya sabes que se me da fatal. 
- Da igual, me gusta ver la imperfección en lo perfecto. 
Bailaban y bailaban, los pies de una sobre la otra al ritmo de la elegia de los pianos de Bach, y cuando se cansaban apagaban el reproductor de música y se sentaban en el sofá vintage lleno de estampados con una bolsa de palomitas de mantequilla en el regazo. 
Hay quien dice que estaban locas, que lo que ellas tenían no podía ser amor, pero ¿sabéis qué? Claudia y Samanta alargaban la vida con cada sonrisa, repartían felicidad en forma de caramelos y cuando alguien les decía que estaban enfermas y que debían de arreglarlas contestaban que no eran muñecas de trapo fáciles de manejar y que si se les rompían las costuras ya se tenían la una a la otra para reparárselas.

Participo en esto, ¿por qué 
no  te unes tú también?

8 may 2011

Cigarettes IV

Alma y Dean no quieren que empieces por el final.

Alma abrió los ojos -casi como platos- y sonrió. Sonrió tanto que al final aquellos sonidos se convirtieron en carcajadas e inundaron toda la habitación. Dean, sin entenderlo, seguía plasmado en la puerta, desafiante, tenso, revelador de su propio secreto. 
- Pero que tonto que eres - se tapó la boca con la mano y gimió. Varias lágrimas cayeron por sus mejillas, pero se las secó antes de que resbalaran por el mentón - ay Dean, ay Dean... - repitió, mirándolo a los ojos - ¿de dónde te he sacado yo? 
El chico se acercó a ella sin entender lo que ocurría y se encogió de hombros vacío en palabras. 
- No entiendo Alma, lo siento pero no entiendo nada. 
La chica abrió la boca, pero el sonido de alguien en la puerta hizo que ambos giraran la cabeza. Una réplica de Alma fumaba mirándolos. Llevaba los ojos pintados de negro y parecía rebelde, mucho más rebelde que su hermana. Un chico apareció a su lado y los miró.
- He venido a recogerla, le prometí un día en la playa después de tantos meses fuera de la ciudad. 
Dean miró a Alma, que aún sonreía con lágrimas en los ojos. La chica se llevó una mano a la boca y soltó otra carcajada. De repente, todo era tan claro como el agua. Aquella era la hermana gemela de Alma y el chico de su lado el recibidor de sus besos.
- ¡Y yo que me preguntaba quien se había tomado mi tazón de cereales! - exclamó Alma, sonriendo.
Todo aquello había quedado, por suerte, en una terrible confusión.

2 abr 2011

Antes que a cualquier Julieta.

- ¿Por qué yo, con estos pelos encrespados y esta sonrisa medio rota, con estas pecas en todo el cuerpo, estos ojos tan normales, esta nariz poco afilada, los pómulos alzados y blancos, pálida desde lo hondo, qué por qué yo, que ni siquiera beso bien ni como palomitas, ni tengo calcetines a rayas largos, de esos que llegan hasta las rodillas y que prefiero el chocolate a cualquier verdura. Qué por qué yo...?
- Porque te prefiero a ti antes que a cualquier Julieta. Porque me encanta cuando te secas el pelo y te cae sobre la frente, que tu sonrisa es tímida, secreta, y cuando sale te llena de esperanza y de alegría, que tomaste el sol con colador y aún perdura el bronceado, y si te sonrojas, dan ganas de comerte entera. Que tu belleza llega hasta el infinito y se pierde, incluso, incluso, entre las estrellas. Pesimista me atrajiste a mi, los polos opuestos del imán, tan viva en este mundo gris, tan modesta y encerrada en ti misma. ¿Y sabes qué? Lo que más me gusta de ti es ese lunar justo en el lado izquierdo de la oreja, el que siempre queda tapado debajo de la almohada en las noches de primavera

15 ene 2011

Tropecientas mil primaveras más

Marylin ha guardado en el bolsillo trece piruletas con sabor a fresa, siete tarritos de mermelada y galletas con leche merengada. Tiene en la mochila tazas de porcelana de todos los viajes que ha realizado y cuadernos llenos de postales y de letras que relatan sus historias.  Ha viajado a más de cincuenta países y nunca se está quieta en ningún lugar. Lleva consigo un paraguas a rayas que se compró una tarde lluviosa en Dublín por si acaso el agua le pillaba desprevenida y cree que la nieve es una capa de tierra que llega cuando hay cosas que enterrar. A Marylin le gustan las cosas interrumpidas. Que halla. Muchos. Puntos. Y ninguna. Coma. Maneja a la perfección quince idiomas entre los que se encuentran el inglés, el francés, el español, el portugués, el italiano, el alemán y el de las sonrisas.
Ahora se tiene de nuevo que marchar y está haciendo las maletas. En  este viaje ha habido pocos puntos y alguna que otra coma, pero no está enfadada (porque ha conocido a alguien especial). Y, aunque ya llegue el verano y tenga de nuevo que emigrar, el recuerdo de las tardes y de las flores quedará en su mente para siempre. Aquella primavera ha amado, ha soñado, ha gritado, ha creado historias bajo la luna y ha...
creído, por un momento, que podían llegar a ser realidad

28 dic 2010

Quiero vivir mi camino.

Salta. Vive. Experimenta. Sueña. Crea.
Ponte un traje amarillo con miles de volantes que ondeen cuando des vueltas hasta perder el sentido. Baila descalza, si te compras calcetines que sean a rayas y de miles de colores diferentes. Cuenta los coches rojos que pasan por delante de tu ventana en las tardes de primavera. Cámbiales el nombre a la escuadra y el cartabón  para confundirte cuando hagas las perspectivas. Pinta con los rotuladores que te regalaron por tu cumpleaños hasta que se confundan los colores, ve a las playas en autocaravana y cómete un bocadillo de mermelada de naranja a orillas del mar. Ve las puestas del sol solamente el catorce de cada mes, y en febrero  dibuja corazones en la colcha de tu cama. Lee revistas baratas y compra (aunque sea solo una vez) una película de los años sesenta que nunca has sido capaz de ver. 
No argumentes tus respuestas ni tus acciones, no te preocupes por el mañana ni por el ayer y vive el presente. Crea un perfume con olor a ti y un perfume con olor a él. Crea una lista de lugares a los que tienes que ir y de cosas raras que nunca harás. Pon la radio por la mañana y sintoniza el canal de música antigua para poder escuchar a los Beatles y a los Rolling Stones un rato. Sácale la lengua al vecino que te mira desde el balcón y compra un billete que no va a ninguna parte. 
Sé parte de algo, de alguien. Sé parte de ti y de tus sueños y sobre todo sigue tu camino.
(Aunque está permitido desviarse)

6 oct 2010

Dreamer dreams (Sueños de soñador)


No habrá lágrimas en las tardes de otoño.
Ni secretos, ni mentiras. Ni arrugas en la piel. 
Solo felicidad. 
Sonrisas.

- Hay que vivir la vida- me dijiste meciéndote en la maca. Entonces no te entendí. 
- Todo el mundo vive-enarqué una ceja- sino no seríamos seres humanos, sino... no existiríamos. 
- Sobrevivir no es vivir. Vivir es amar las cosas. Vivir es respirar y sentirte agraciado por ello. Oler a hojas caídas de otoño. Soñar. Hablar y en vez de palabras descubrir relatos que nadie ha escuchado. Vivir es...-cerraste los ojos-... algo tan simple y perfecto que encanta. Comer y hablar de cosas sin importancia, reír, soltar carcajadas junto a alguien, abrazarse durante miles de minutos sin importarnos que el tiempo pase. 
- Pero no tiene ni pies ni cabezas. No hay orden... ni beneficios. 
- Tal vez- miró hacia el cielo- pero es eso, justamente eso, lo maravilloso de todo esto. 


No habrá lágrimas en las tardes de otoño.
Ni secretos, ni mentiras. Ni arrugas en la piel. 
Solo felicidad.
Sonrisas.


25 sept 2010

Lienzos abstractos y verde oliva

"Adam pulula de aquí para allá todo el día, pero nunca sale de su casa.  Decoran las paredes grandes lienzos de dibujos abstractos que nadie comprende. La pared salpicada, como si miles de cubos de pintura hubiesen caído sobre ella bruscamente. Más que suciedad, más que dañar a los ojos, los colores han pasado a formar parte de la decoración del lugar y ahora recogen conversaciones con cigarrillos en las manos, besos y caricias e incluso secretos susurrados en voz baja.
     Adam arrastra las zapatillas que un día le regaló su madre y que aún no ha tirado por pena y porque tienen acumulados demasiados recuerdos. Lleva boina cuando quiere, aunque a veces se le cae y ni siquiera se da cuenta. No va con camisas de rayas rojas y blancas, ni tiene bigote negro peinado con gomina. Tampoco lleva pantalones ajustados ni tiene acento francés. Pero todos saben que es un artista.
     Adam canta canciones en la ducha recién inventadas, cena solo a base de ensaladas y de tarros de mermelada amarga y bebe agua porque dice que lo que menos destaca suele ser, siempre, lo más sano. No le gusta dibujar bodegones porque dice que pintar la realidad es algo absurdo y lleva siempre un pincel manchado de verde oliva en el bolsillo exterior de su chaqueta. Ha reemplazado la cortina por papeles de periódico con letras de imprenta y manchados de café. No usa posavasos ni manteles porque cree que no le merece la pena. Come a ratos, a veces una magdalena y otras una manzana que hay en la frutería de debajo de su casa. En su vida no hay rutina diaria, se levanta y se acuesta cuando quiere pero nunca llega tarde al trabajo.
     Adam es un desastre, sí, pero es Adam. Y no hay nadie como él. 

Este es el fragmento de una historia que estoy escribiendo ahora,
es algo peculiar y no se estructura como una novela
 normal, eso es todo lo que  puedo decir hasta ahora de ella. 

11 sept 2010

Beyond your dreams...

Hierba fresca, olor a mar, descripción inexacta. Oscuridad debajo de la cama, rayos de luz que traspasan la ventana, cortinas mecidas por el viento, un amanecer inacabado, cuadros pintados al óleo, rocío de la mañana, almohada azul, pájaros de picos dorados, plumas sobrevolando cabezas, palabras que se han escapado. Fotografías junto al atardecer, bancos recién pintados, sonrisas en labios gélidos, zapatillas de ballet danzando, colchas tendidas en la azotea, una mecedora junto a la puerta, el sonido de un motor que queda ahogado por el tiempo. Un sombrero volado, una sombrilla rota, caramelos esparcidos por el suelo. Chocolate, menta, fresa, naranja, limón y olor a rosas. 

26 jul 2010

Blanco y negro... del color de miles de arco iris.

Todas las demás partes (las seis restantes) las puedes encontrar aquí. Esta es la última... Gracias por colaborar con 21 estupendos votos en la encuesta para ayudarme a decidir el final. Aunque ha habido dos opciones reñidas, al final se ha impuesto la del final abierto, pero como son muchos los que quieren uno feliz, no les voy a dejar con las ganas. Aquí el resultado de las encuestas.

click to zoom

Lo vio perderse tras la puerta. Creyó también distinguir la figura de una mujer perfecta, frágil y débil, con esos bucles de los años de la guerra. Cuando la mujer no era más que una mujer. Margueritte sintió una lástima repentina. Por él y por ella. Él creía tener el amor verdadero, un amor que podía manejar a su antojo. Ella creía tener la mayor fortuna del mundo: el hombre no, su dinero. 
Ambas siluetas desaparecieron y, pasados varios segundos, otra se contorneó. Era mucho más pequeña, mucho más infantil y mucho más inocente. David apremió a su madre. Ni siquiera se había dado cuenta de que, apenas dos segundos antes, su padre le había rozado el hombro. Aquel padre que no pudo ni siquiera conocer. 

- ¡Venga mamá, venga!- corrió hacia ella y le tiró de la manga- que aún tengo que cambiarme... - Margueritte despertó de su sopor y le sonrió. 
- Por supuesto cariño, me pareció ver a alguien que conocía... pero ha sido solo un error. 
Vio como David corría de nuevo hacia dentro del edificio y se perdía escaleras abajo hacia los vestuarios. La chica miró hacia el cielo, un cielo con pocas nubes, celeste y con un bonito arco iris de colores. 

En la vida de Margueritte no existe el silencio, ni las lágrimas, ni la lluvia gris que te deja mojada.
Ni ahora, ni nunca, nunca jamás.

25 abr 2010

Píntame de naranja y rojo


Como si fuera un cuadro incoloro que debes de alegrar. Coge la brocha y decora los parpados, los ojos, cámbiame de color los labios y ponlos más sonrosados. Haz que sonría, que no esté triste. Píntame con un vestido rojo, de esos que suelo llevar en la playa durante el verano. Píntame con el pelo crespo y alborotado. Deja que mis manos hagan surcos en la pared, que el sol aparezca entre la madera como si la estuviese traspasando.
Y, de paso, pinta todo lo demás.

Pinta el cielo naranja.
Pinta el árbol morado.
Pinta la casa negra.
Pinta el viento de blanco.

Utiliza los colores, lo inutilizado.Coge la brocha y mójate tu también, dejando que tu cuerpo sea un arco iris de colores. ¿Qué más dan las manchas? Si después todo se lava, todo se va, no nos daña...

Pinta de colores, quita ese gris que acumula telarañas. Hazlo si quieres con lápices de madera, con ceras, con acuarelas aguadas. Si quieres, mira lo que te digo, con telas, con cartulinas o temperas, tal vez a óleo, describiendo lo imposible.
Pinta al mundo.
Píntame a mí.
Pero píntame de naranja y rojo.

9 abr 2010

Que triste ser feliz cuando todos están tristes.


Y soy una persona, solitaria, vagando por las calles de una ciudad. Mis pasos rebotan contra las paredes y son devueltos a mi cuerpo como si nadie los quisiera. Yo, agobiada, única, siempre amargada con las cosas de la vida, saturada de mentiras y de odio. Creyéndome siempre la triste, la tonta y la traicionada. Creyéndome la peor del mundo, la única desdicha existente sobre la tierra.

Y de repente me levanto un día feliz, mirando la vida con otros ojos. No es fácil salir con una sonrisa a la calle. Todo se ve tan diferente... me cruzo, pues, con un extranjero de chancletas rotas que camina mirando el recalentado asfalto en el mes de Agosto. Un agobiado empresario se ajusta la corbata mientras habla por el móvil. Y es ahora mi vida la ansiada, la inalcanzable.

Que triste ser feliz cuando todos están tristes.

26 mar 2010

Verde

Y veo así, de cualquier forma...

el pino verde
el abeto verde
las flores verdes
la hierba verde
ese libro verde
tus ojos verdes
tu ropa verde

y lo peor de todo es que me maravilla, me fascina. Un mundo del mismo color, con miles y miles de tonalidades.

Verde oscuro
Verde claro
Verde esmeralda
Verde chillón
Verde brillante

... y los veo así,de cualquier forma...

25 sept 2009

Hada fea (pero de corazón hondo).

Los sueños son solo sueños desde que un hada madrina ha venido a visitarme. Me he sentido defraudada. He descubierto que las hadas madrinas no son guapas, esta era fea, muy fea, pero su corazón latía como si fuese el mundo y su vida era tan perfecta y carismática que por un momento, he pensado que se trataba de un hada madrina de las de verdad.


16 sept 2009

(Las hadas están por todos lados)

Todo por creer en leyes de la física.
¿Todo tiene que ser real, vistoso y caduco? ¿Por qué no creer en las hadas, en libros voladores y en un mundo mejor? ¿por qué no creer en ángeles?
Ah, el ser humano, se tiene que ver para creer. Ah, el ser humano, que verdaderamente tiene que ver, comprender y sin atender. Atender a cosas maravillosas que nos pasan continuamente.

5 jul 2009

Tus ojos ardientes.

Los ojos tuyos, ardientes, son sedes de cariño, que desde hace tiempo han volado frustrados en un mundo lleno de calamares que solamente echan tinta, ya está. Esta vez es diferente, porque estoy segura de que todo va a cambiar.
Me elevo hacia la superficie, (son como pájaros rabiosos los peces), que me invitan a quedarme. las burbujas transparentes preciosas, que ascienden hacia la superficie como cúpulas de cristal.
Ya estoy fuera. El sol me da en la cara y lo comprendo.
No ha sido más que un sueño.

2009-2017. Todos los derechos reservados a Ali Alina.